—Por favor ve a clase, Jul. No va a pasarme nada. —Cloe suelta un suspiro exasperado, aunque la diversión no desaparece de su rostro.
—Te dije que no, hoy me quedaré pegada como una garrapata y te aguantas.
—Eres peor que un enorme grano en el culo.
—Con glamour.
—Que dolería más estriparlo que dejarlo ahí, entonces te aguanto.
Ambas reímos y le arrebato la cuchara para agarrar helado de Chocolate Belga con trozos de Snickers, su favorito.
Ya son casi las cuatro de la tarde y hemos pasado el día encerradas en la residencia hablando de cualquier tema menos de sus problemas, los míos y los nuestros. Fue lo primero que me pidió al subirnos al auto, que le permitiera asimilarlo antes de darme respuestas a todas las preguntas que sabía, tenía. Yo tampoco quiero pensar en otra cosa que no sea distraerla, permitirle que por lo menos durante el resto del día supongamos que nada sucede mientras hay sentimientos dentro que nos provocan un deseo colérico de querer gritar, huir, patalear, llorar, mandarlo todo a la mierda.
Sé cuan aterrada está, pero tomó la decisión y no puedo hacer más que apoyarla. Siempre estaré a su lado de manera incondicional si ella me lo permite. Es la única persona que jamás me ha decepcionado, incluso cuando nos hemos peleado.
Tiene sus defectos como cualquier y puede ser una completa perra cuando está enojada, pese a eso, conmigo siempre se ha contenido antes de decir algo que pueda herirme irremediablemente.
Una hermana de otra sangre que me ha dado la vida.
El sonido de mi celular interrumpe el dialogo importante de la película. Estiro mi brazo para tomarlo del nochero y lo desconecto de su cargador antes de contestar, mientras observo la pantalla. Luke.
Lo rechazo sin pensarlo... aunque no debería hacerlo. Por el momento no debe enterarse lo que sé e imagino que seré la primera sospechosa cuando se dé cuenta que falta la fotografía entre las revistas.
Rápidamente tecleo un mensaje de disculpa diciéndole que estoy con Cloe en su casa —mentira piadosa— y que no puedo hablar en el momento.
Vuelve a sonar y cuando me decido que voy a contestarle, no es su nombre el que refleja la pantalla; es Mamá. Mi entrecejo se frunce en preocupación.
Normalmente no utiliza el celular, no le gusta, a no ser que lo considere una emergencia.
Contesto rápidamente y me enderezo para quedar completamente sentada sobre el edredón de la cama.
—Hola, mami. ¿Qué sucede?
Esperar lo peor es mi primer pensamiento.
—Hija —Su voz es un susurro—. Por favor ven a casa, Daniel está furioso con Ryan y parece que estuvieran a punto de irse sobre el otro. Tú papá viene en camino porque Dan lo llamó... Se enteró y va a contárselo.
Toda La sangre se me va a los pies y mi cabeza punza con presión, me duele. ¿Cuándo voy a tener un descanso?
—Voy en camino.
Cuelgo y me visto el jean con premura. No me deshago del buso enorme que tengo de Owen para dormir, es lo único que me permite sentirlo cerca; y aunque ya haya desaparecido su perfume, todavía percibo esas sensaciones de resguardo y calidez tan características de su antiguo dueño.
—Jul, ¿qué pasa? ¿Necesitas algo? —pregunta Cloe.
—No, quédate aquí. Espero venir a dormir, sino te aviso. Discúlpame por tener que irme así, pero en casa se está armando un caos y necesito estar al lado de Ryan para apoyarlo. Lo entiendes, ¿verdad?
ESTÁS LEYENDO
Nunca más un cuento de hadas [Completa]
Romance[+18] Érase una vez una vida perfecta... Con una familia unida, una casa enorme, buena posición económica; mucha inteligencia, buenos talentos, personalidad, belleza; los amigos más incondicionales y el mejor novio... ¿Qué más podría pedirle a la vi...