Sugar

2

Estaba muy nervioso, nunca pensó que un simple y ordinario viernes, se convertiría en un día en donde conocería a uno de los empresarios mas exitosos.

Suspiro viéndose en el espejo por milésima vez, jamás se había sentido conforme con su aspecto físico, a decir verdad vivía acomplejado, pero eso ya era una forma de vida para él.

Casi salto del susto cuando escucho el claxon del auto de Jack.

Se miro una última vez en el espejo, agarro su chaqueta de mezclilla y salió de su casa lo más rápido que pudo.

Entro en el coche de Jack, el cual por cierto debe de costar mas que toda su casa.

-Hola idiota

-Hola feo-contesto mientras ponía el coche en marcha.

-¿Feo?, que insulto tan más original-dijo Dylan con sarcasmo.

-A veces tu sarcasmo me lástima.

-Me alegro

El resto del camino se la pasaron de broma en broma y en ciertas ocasiones hablando de cosas triviales.

-¿Como se supone que debo de saludar a tu papá?, es decir, el es una persona muy exitosa.-dijo Dylan mientras bajaba del auto.

-Dylan, mi papá es un empresario, no un rey o algo así.

-Bueno, creo que tienes razón, pero no puedo evitar estar tan nervioso.

-Tranquilo, vienes conmigo.

-Y eso como calmará mis nervios?-preguntó.

-Pues eres mi mejor amigo, y se que le agradaras a mi papá.

-Bueno, eso es cierto-dijo sonriendo.

Ambos entraron a la casa, que más bien parecía mansión.

En cuanto estuvieron adentro, una niña pequeña con cabellos rubios corrió hacia Dylan, y este de una manera rápida la cargo en sus brazos.

Era Jenny, la hermanita menor de Jack, la cuál por cierto amaba mucho a Dylan.

-Estoy feliz de que vinieras a verme-dijo la niña con voz dulce.

-Y yo estoy feliz de verte pequeña.

Dylan le dio un pequeño beso en la mejilla y finalmente la bajo de sus brazos.

Jenny corrió hacia la cocina lo más rápido que le permitió sus cortas piernas.

-Jack, si tu amigo ya llegó, podríamos empezar a cenar?-pregunto la madre de Jack desde la cocina.

-Si, ya vamos.

Ambos se dirigieron a la cocina donde ya se encontraba varias personas, entre ellas, estaba el tan aclamado Joseph Smith, padre de Jack, pero también el empresario más exitoso del momento.

Dylan pensó en que el señor Smith era incluso más atractivo en persona.

Ojos imponentes verdes, cabello castaño, unas facciones tan bien marcadas y un cuerpo bastante en forma.

Dylan se aclaró la garganta y trato de lucir natural cuando se acercó al hombre que rápidamente se puso de pie y extendió su mano al menor.

-Tú debes ser Dylan-dijo tendiéndole la mano.

-Si. Y usted es mi ejemplo a seguir.

Definitivamente había dicho eso sin pensarlo, ahora el empresario pensaría que el mejor amigo de su hijo, es un idiota.

En la sala se escuchó una estruendosa risa que por supuesto era de Jack.

-Dylan tiene una pequeña obsesión contigo-dijo dirigiéndose a su papá.

-Claro que no-exclamó Dylan con las mejillas rojas.

Joseph soltó una carcajada, y le sonrío a Dylan.

-Me alegro de ser el ejemplo a seguir de un chico tan agradable como tú.

Dylan se sintió muy bien al escucharlo decir eso.

-Si, muy bien, podemos empezar a comer?-preguntó la mamá de Jack.

Jennifer, una mujer rubia, muy atractiva, de al menos unos 33 años, no era una persona muy tolerante, y carecía de simpatía, estaba muy metida en su papel de esposa millonaria pues incluso no le gustaba convivir con personas de menor escala social, como lo era Dylan y su familia.

Y eso se podía ver de aquí a China.

Dylan saludo a cada uno de los hombres y mujeres que estaban en aquella sala, al parecer eran amigos de los padres de Jack.

Estaba tan ocupado comiendo cada bocadillo que la cocinera ponía en su plato que ni siquiera prestó atención a la conversación  que todos estaban teniendo.

-¿Y desde cuándo tú y mi hijo se conocen?.-de pronto pregunto Joseph.

Dylan comió rápidamente el bocadillo para poder contestarle al hombre.

-Desde que entramos a preparatoria.

-Si, nos conocimos en la clase de francés, yo era muy malo, y Dylan se ofreció a ayudarme y desde entonces somos inseparables-dijo Jack.

Joseph mostró una gran sonrisa, y Dylan creyó que era una de las más lindas que había visto.

Dios, de verdad el vino estaba dando un gran efecto en él.

-Bueno amor, y como te fue en tu último viaje de trabajo?-preguntó Jennifer.

Dylan de alguna forma se sintió mal, anteriormente ya había hecho de todo para agradarle a aquella mujer, pero era imposible, simplemente no lo toleraba y por ende lo ignoraba cada vez que estaba en la casa.

-Me fue excelente, pero los extrañe mucho-dijo mientras tomaba la mano de su esposa.

Esto se estaba volviendo muy incómodo para Dylan así que decidió seguir tomando tanto vino como su cuerpo se lo permitiera.

Eso no podría terminar nada bien, pues Dylan no era demasiado tolerante al alcohol.

HOLISSSSSSS

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-S🌈.