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Se encontraba en las escaleras del instituto, estaba tratando de pensar, o eso quería creer, pues sus pensamientos solo sé centraban en una persona.

Joseph Smith.

Literalmente el le había pedido que fuera su sugar baby, si Dylan ya sabía perfectamente el término de "sugar baby" y "sugar daddy", y le parecía una total locura follar por dinero.

No quería hacerlo, le parecía algo muy bajo y repulsivo, no iba a ser plato de segunda mesa de nadie.

Pero............ Joseph le atraía, tal vez no se lo admitiría jamás, pero el tipo tenía toda la pinta de un sugar daddy, era un empresario exitoso, tenía un cuerpo de envidia, su voz, su maldita voz era la más sexy que Dylan había escuchado en toda su vida.

El castaño se golpeó mentalmente, ¿en qué rayos estaba pensando?, Joseph tenía 35 años, el 16, eso literalmente ilegal, y sin contar que estaba casado y tenía hijos.

Todos sus pensamientos se esfumaron cuando alguien golpeó su cabeza.

-Te estaba buscando, idiota.-dijo Jack sentándose a lado de él.

Dylan casi sufre un paro cardíaco, por un momento creyó que Jack llegaría y le diría "ya sé que te acostaste con mi padre, maldito traidor", pero no fue así, quizás estaba un poco paranoico.

-¿A mí?, ¿para qué?.-preguntó.

-Pues eres mi mejor amigo, y eres al primero que debo de buscar cuando vengo al colegio.-dijo con obviedad.

Dylan sintió como si le hubieran encajado un cuchillo, realmente eso le dolió y mucho.

-Creo que a la primer persona que deberías de buscar, es a tu novia.

-Sobre eso.........lamentó haberte dejado solo en la fiesta, mi padre me dijo que te miro muy triste, y supuse que por eso te fuiste y de verdad quería irte a ver el día siguiente, pero me fue imposible, tenía una resaca horrible.-dijo rápidamente.

Dylan se tuvo que morder el labio inferior para no llorar, quizás esa fue una de las peores noches que ha tenido, pero de ninguna manera su amigo podría saberlo.

-No te preocupes, me fui temprano por qué me dolía la cabeza, y yo también tenía resaca ayer, así que no estoy enojado, por eso, solo olvídalo.-dijo con una sonrisa.

Quizás esa era la primera vez que le mentía, y eso le dolía como nunca, jamás creyó que le mentiría a su mejor amigo, a una de las pocas personas en las que confiaba.

Se tragó las ganas de llorar y se paró del lugar donde estaba sentado.

-Mi clase esta por comenzar y no quiero hacer enfadar al profesor de historia.-dijo Dylan.

-Bueno, entonces nos vemos en el descanso, tengo mucho que contarte.

-Me parece bien.

Las horas pasaron, y Dylan no parecía estar al 100% en sus clases, pues recibió varios regaños de sus profesores.

-Y entonces, finalmente perdí la virginidad.-dijo un Jack emocionado.

Ambos ya estaban en descanso, por lo tanto se encontraban en la cafetería, pero para ser sinceros, Dylan no había escuchado nada de lo que le estaba contando su amigo.

-¿Que?.-preguntó con confusión.

Jack lo miro fijamente y negó rápidamente con la cabeza.

-Lo que te hace falta, es perder la virginidad también.

Dylan casi se ahoga al escuchar aquellas palabras.

Si tan solo Jack lo supiera.

-Estás demente.

-Claro que no, creo que últimamente has estado muy raro, y estoy seguro de que necesitas algo de distracción.-dijo con una sonrisa.

-¿De qué rayos estás hablando?.-preguntó.

-Te puedo conseguir novia si quieres.

Dylan rodó los ojos, aquí va, una conversación más sobre chicas.

-Jack, ni siquiera estoy seguro si me gustan las chicas.-dijo sin siquiera pensar.

Dylan medito sobre lo que había dicho y puso una mano en su boca mientras observaba la expresión de asombro de Jack.

-Oh por dios........

-No lo digas.-dijo Dylan en un susurro.

-TE GUSTAN LOS CHICOS-gritó Jack.

El castaño agradeció que la cafetería estaba mayormente vacía y puso una de sus manos en la boca de su amigo.

-No hablemos más sobre esto, si algún momento me llega a gustar alguien, yo te lo diré ¿de acuerdo?.

Jack asintió varias veces con la cabeza.

El castaño quitó su mano y rezo para que Jack no volviera a gritar.

-Nunca creí que te gustarán los chicos.-dijo finalmente.

-Jack, yo nunca dije que me gustarán los chicos.

-Pero dijiste que tal vez las chicas no eran lo tuyo.

-Eso no significa que los chicos sean lo mío.-dijo para finalmente agarrar su mochila y dirigirse a su clase siguiente.

Definitivamente necesitaba llegar a su casa y hacer un test de esos que hay en internet para saber su orientación sexual.





SugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora