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La cabeza le dolía y todo le daba vueltas a su alrededor, miraba como todos seguían comiendo, y nadie se percataba de que él estaba algo fuera de sus sentidos.

Con mucha dificultad, se levantó de su asiento.

-Voy a ir al baño, si me permiten, regresó en un instante-dijo para finalmente tratar de caminar hacia el baño.

Cuando entró en este rápidamente se lavo la cara con agua y se miró fijamente en el espejo.

Realmente lucia desastroso, sus ojos ya ni siquiera se podían mantener abiertos, su cabello estaba muy despeinado, y su piel más pálida de lo normal.

Se golpeó mentalmente, ¿cómo se le pudo ocurrir emborracharse justo hoy?, ¿porque?.

Salió del baño con algo de dificultad, ni siquiera podía sostenerse, y sintió que en cualquier momento iba a caer.

Sus piernas ya no podía más con su peso, y sus ojos pensaban tanto.

De un momento a otro cayó, pero era algo extraño, no había caído en el piso, había caído en unos brazos, pero obviamente él ni siquiera pudo ver de quién se trataba, pues después de eso sus ojos se cerraron por completo y ya no tuvo uso de razón.

La luz que entraba por aquellas persianas, hizo que poco a poco abriera sus ojos.

Su cabeza dolía demasiado, y sus labios se sentían muy secos.

¿Que diablos había pasado en la noche?.

Cuándo abrio los ojos, m
se percató de que estaba en la habitación de Jack.

Se levantó lo más rápido que pudo, cosa que lamento completamente, pues su cabeza le dolió más.

Jack salió del baño con una toalla enredada a su cintura.

-Hasta que por fin despiertas princesita.

-¿Que hago aquí?, mi madre se va a preocupar demasiado-dijo entrando en pánico.

-Dylan, tranquilo, yo le hable a tu mamá anoche.

-¿Que le dijiste?-preguntó Dylan con una expresión de horror en su rostro.

-Le dije que te quedarías aquí por que, se nos hizo muy tarde y que tú te quedaste profundamente dormido, cosa que no es del todo mentira.

Dylan rodó los ojos, y se acostó nuevamente.

-Entonces no pienso levantarme de aquí durante mil años.

-No, eso sí que no, iremos al centro comercial.

-¿Al centro comercial?-preguntó con fastidio.

-Si, tengo que buscar unos tenis nuevos para mis juegos de básquet.

-Ni siquiera sabes jugar básquet-dijo riendo.

-Claro que si, solo que tú no valoras mi rendimiento.

-Si, ajá, como digas.

-Anda vamos, mi papá se ofreció a llevarnos.

-El es un empresario, ¿no tiene otras cosas mejores que hacer que llevarnos al centro comercial?-preguntó Dylan.

-No, digamos que está en vacaciones o algo así, pasará algunos meses con nosotros, así que quería pasar tiempo conmigo y por eso se ofreció a llevarnos.

-Exacto, tú lo has dicho, quiere pasar tiempo contigo, no conmigo.

-Dylan, déjame decirte un secreto, a mi papá le agradaste mucho.

-Claro, a quién no le va a agradar un tipo que se emborracha con vino-dijo con sarcasmo.

Ambos rieron, y Dylan procedió a levantarse de la cama, por más que quería seguir dormido, no podía, por lo tanto tenía que ir a acompañar a Jack y a su papá.

SugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora