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Después de todo lo ocurrido, Dylan no podía controlar su corazón, pues este palpitaba a una magnitud que parecía que en cualquier momento saldría de su pecho.

Estaban dirigiéndose a casa, y el menor no podía dejar de sonreír, estaba completamente feliz, sin duda era uno de los mejores cumpleaños.

Esa noche finalmente había conocido lo que era el amor.

Cuando llegaron a su destino, el mayor estacionó la camioneta a unas cuantas casas antes que la de Dylan.

El castaño estaba mirando al suelo, tenía algo de pena mirar Joseph después de lo que hicieron.

Joseph tomó el rostro del menor e hizo que lo mirará fijamente.

-Dylan, tú eres realmente especial para mí. es por eso que espero que está noche lo hayas pasado muy bien.

Dylan comenzó a temblar y creyó que estaba apunto de desmayarse.

-Yo....fuí muy feliz está noche, de verdad gracias por todo.

El mayor sonrió y le dió un beso corto.

-¿Puedes hacer algo por daddy?.

Dylan se estremeció al escuchar aquel sobrenombre.

-Si....c-laro.

-Di que eres mío.

Dylan algo confundido lo miro fijamente.

-¿Qué?.

-Di que eres mío y podré irme feliz.-dijo nuevamente.

Dylan tomó aire y valor para poder decir lo que el mayor quería.

-Soy....tuyo...daddy.-dijo apenado.

Joseph sonrió de oreja a oreja y acarició la mejilla del menor.

-Nos veremos lo más pronto que pueda. ¿de acuerdo?.

El menor asintió felizmente.

Dylan bajó de la camioneta y se aseguró de que nadie lo viese, para después despedirse del mayor con un ademán.

Rápidamente se dirigió a su casa, con el corazón en un hilo y miles de emociones a flote.

Entro a casa lo más silencioso que pudo, supuso que su madre ya había llegado después de una larga jornada de trabajo.

Cerró la puerta, y cuando miro hacia al frente pudo observar a un Jack sumamente enojado y viéndolo fijamente.

¡LA SALIDA CON JACK!.

Lo había olvidado completamente, y ahora se maldecía por ni siquiera llamarle por teléfono.

-Dylan, ¿dónde rayos estuviste toda la noche?, ¿y por qué me dejaste plantado?.-preguntó Jack.

Dylan sentía su cuerpo temblar.

¿Que demonios le iba a responder?.

SugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora