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Después del incidente con Connor, Jack lo obligó a ir a su casa para ver películas.

-Jack, ya te dije un millón de veces que no estoy de humor para ver películas.-dijo Dylan por milésima vez.

El pelinegro se cruzó de brazos y lo miro fijamente con expresión seria.

-Claro, ahora que tienes novio me abandonas, ¿no es así?.-dijo haciendo un puchero.

-¿Novio?.-preguntó una voz atrás de ellos.

Dylan sintió que sus piernas perdían toda movilidad cuando escucho aquella conocida voz.

Ambos voltearon, y en efecto, ahí estaba Joseph,estaba viendo fijamente a los dos, aunque su mirada se dirigía más al castaño, cosa que Jack no notó, o eso quiso creer Dylan.

-Si, ¿puedes creer que Dylan tengo novio?, Por qué yo no.-dijo Jack con naturalidad.

Mientras tanto, Dylan sentía que la sangre se le iba a la cabeza o a los pies, no estaba completamente seguro, pero de algo si estaba seguro y era de que Joseph lo miraba con una expresión seria.

-¿De verdad?, pues te felicito, como siempre digo, uno tiene que estar orgulloso de lo que es, y no ocultar nada.

Jack sonrió y palmeó la espalda de su padre.

-¿Estás trabajando aquí en casa?-preguntó Jack.

Dylan suspiro cuando se dió cuenta de que Jack había cambiado radicalmente el tema.

-Si, no tuve tiempo de ir a la empresa, pero no se preocupen, estaré en mi oficina, ni siquiera se darán cuenta de que estoy aquí.-dijo con una sonrisa de oreja a oreja.

Dylan sintió una extraña mezcla de emociones en su estómago cuando miró aquella sonrisa inigualable.

Sin decir nada más, Joseph se alejó de ambos, no sin antes darle una mirada corta a Dylan, una de esas que nunca ha podido descifrar.

-Entonces, tú pones Netflix y yo hago las palomitas, ¿Vale?.

Dylan salió de su trance y asintió.

Después de estar horas viendo una película que sinceramente ambos no entendían y que eventualmente hizo que Jack cayera en un profundo sueño, Dylan tuvo ganas de ir al baño.

Se paro del sofá y rápidamente se dirigió al baño, estaba apunto de entrar hasta que alguien lo sujeto de un brazo, y lo arrastró hacia una habitación que estaba a unas puertas después del baño.

El castaño entro en pánico cuando se dió cuenta de que era Joseph.

El mayor aventó a Dylan hacía el escritorio y procedió a cerrar la puerta con candado.

-¿Con que tienes novio, eh?.

Dylan tembló mientras se aferraba a aquel escritorio, la expresión de Joseph no se parecía en nada a la que había tenido unas horas antes, está vez lucia enojado, con rabia, como si se estuviese conteniendo para hacer algo realmente malo.

-No......no es lo que piensas.-dijo en un susurro.

-No hables.-dijo firmamente.

Dylan enterró sus uñas en las palmas de sus manos para así evitar llorar o decir algo más.

-¿Cuando dije que podías tener novio?.-preguntó Joseph mientras lo miraba fijamente.

-Yo.......yo no teng..o novio-dijo tartamudeando.

-Mierda.....ya no mientas.-dijo mientras se desabrochaba el cinturón.

Dylan pudo saber lo que el mayor le haría, así que se enterró más las uñas, no quería llorar, no iba a llorar, por qué sabía que merecía eso, lo merecía.

Lo merecía.

SugarDonde viven las historias. Descúbrelo ahora