Después de la conversación con mi padre volví a la habitación a dar la noticia, la cual, fastidio a Basil, puso inquieto a Gucci y alegro silenciosamente a Alejandro, pero bueno, no se puede tener al mundo siempre contento, ni siquiera yo lo estaba, a mí, estaban arrastrándome a un camino que no quería recorrer. Martha continuaba si asimilar nada, como si la muerte de Linlin se hubiera llevado una parte de ella a algún lugar escondido del que ninguno de nosotros la podía sacar.
Después del desayuno, Papá hizo uso del halcón de la posada para enviar las noticias a Laberinto. Todo el futuro de tierras perdidas, incluido el nuestro, estaba en manos de mi abuelo por padre ahora, desearía decir que lo conocía lo suficiente, pero no era así, Lord Orya era un hombre viejo, recio e impredecible. Ni sus hijos podían decir que lo conocían. Cualquier Lord con sentido común y un ejército como el que él poseía marcharía a la guerra sin pensarlo, y aunque a mí, la muerte de Linlin me dolía de una forma desgarradora y quería justicia por su sangre, tenía todavía la esperanza que Lord Orya decidiera no responder con un levantamiento ante tal infamia, lo cual más que esperanza era mera ingenuidad, estábamos en plena tierra media por todos los Beatos.
Ante todo este embrollo, la investigación del asesino de la Reina Darla debió haber pasado a segundo plano, si no se habían olvidado ya de ese asunto. Me sentía molesta, de pronto con el asesino y de pronto con el Rey, como si pudiera encontrar a alguien a quien poder culpar de todo lo que estaba pasando y librarme a mí de todo remordimiento. El general Ovenzo se encontraba en la misma situación que yo, estaba siendo llevado a un conflicto por la lealtad a su familia, pero a él se le veía resuelto y completamente convencido de lo que estaba haciendo.
En el desayuno se hicieron los arreglados para partir a Laguna del Cofre. Bien conocido era que Gucci detestaba las alturas, pero fue el único que pensó que ir por tierra era mejor idea. Yo no tenía mucho que comentar al respecto, Laguna Del Cofre, desde el punto en donde estábamos, estaba a seis días de camino. El verdadero problema era que, para llegar ahí por tierra, la ruta más rápida era atravesar Tierras verdes, y el segundo nombre con el que era conocida por todos era la tierra de los perros del Rey, el mismo nombre explica por qué.
Como Alejandro desconocía muchas cosas de su propia habilidad, teníamos dos cartas sobre la mesa en que basar nuestra ruta de viaje: Una, Alejandro todavía no era lo suficientemente fuerte, y dos, si llegábamos a Laguna del Cofre en menos de cuatro días, no tendríamos una explicación lógica que dar si nos preguntaban cómo lo habíamos logrado.
- Hacer paradas es lo más sensato – Dijo mi padre observando atentamente a la luz de la mañana el mapa que teníamos sobre la destartalada mesa de nuestra habitación, mapa que había salido de los bolsillos de Basil (Siempre tan precavido) – Ayudará al descanso del príncipe y también al retraso del viaje –
- Es muy difícil que un ave de semejante tamaño pase desapercibido ante los ojos de los Glaucos –
Si bien, lo único que Gucci intentaba era no volver a volar, su comentario estaba cargado de lógica.
- No es un ave, es un Grifo –
Le corrigió Basil, hablándole fuerte y claro como si fuera estúpido.
- La mayor parte del terreno de Tierras Verdes está cubierto por terrenos de cultivo – Observé rápidamente para evitar una innecesaria confrontación entre Gucci y el enano – hay muchas zonas por las que podríamos pasar sin ser descubiertos, pero es mucho mejor viajar de noche, su majestad puede ver en la oscuridad con facilidad –
- ¿Qué ruta sugieres? –
Preguntó Alejandro.
- Atravesar Tierra Mar del Sur por la cadena de montañas que se desprenden del Valle Turquesa y quedarnos ahí, luego volar por en medio de las tierras de cultivo de Lord Gesha las cuales son las más grandes de Tierras Verdes, podríamos quedarnos en la cordillera de Garta un día completo porque Porla está mucho más cerca, atravesamos el bosque de Grum y llegamos hasta el bosque de los árboles dorados–
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Cuna De Reyes
FantasyIntenté asesinar a Leonardo Kapoor, el primer heredero a la corona de Perles. Rompí mis votos como soldado de la guardia real y conspiré contra el Rey Sebástian. Maté con solo mis manos a los trescientos hombres que custodiaban mi celda en los cala...