Vi varios puntos blancos girar frente a mis ojos en un fondo oscuro. Luego, se estrellaron contra mi cara de forma tan brutal que me devolvieron a la realidad de golpe.
Me incorporé sobre el suelo del bosque, inhalando profundamente para quitarme esa sensación de no haber estado respirando. Lo primero que mis ojos enfocaron fueron dos antorchas tiradas en el suelo, extinguiéndose, luego sentí un ardor recorrerme la mejilla derecha hasta la oreja
- ¡Carajo! –
Maldijo una voz conocida muy cerca de mis oídos.
Un hombre estaba a tirado a un lado de mí con la mano cubriéndole la nariz.
- ¿Kiran? –
Le llame confundida. Él se incorporó lentamente, su boca estaba cubierta de la sangre que le salía de las fosas nasales.
- ¿¡Esto va a ser una costumbre entre nosotros!? –
Exclamo iracundo.
Miré a mi alrededor, estábamos en el mismo lugar en donde había perdido el conocimiento. Alejandro estaba a unos metros de mí, delirando. Me levanté torpemente y corrí hacia a él.
- ¿Qué tiene? ¿Qué le sucede? –
Pregunte desesperada, tomando su rostro entre mis manos, pero no sentía su piel, era como si mis palmas estuvieran dormidas.
- Esta mejor que yo, créeme – Respondió Kiran poniéndose de pie – El veneno no es mortal, solo paraliza a su presa para que luego le pueda poner alguna especia antes de comérsela. Tú tocaste la espina por eso te desmayaste, pero no entró en tu sangre así que el efecto pasó rápido -
Escuché vagamente las palabras de Kiran porque mi atención estaba enfocada en supervisar la herida de Alejandro, sanaba, la piel negra estaba volviendo a su color. Apreté la cabeza de Alejandro contra mi pecho porque si no lo hacía mi corazón iba a explotar en pedazos.
- ¿¡Qué demonios era cosa!? ¡Parecía un con con rostro de -
- Humano –
Completó Kiran limpiándose la nariz con un pedazo de tela.
- ¡Lo dices como si no te importara! – Grité a punto de volverme loca - ¡Se suponía...! ¡Tu debías estar muerto! -
- ¿Podrías callarte? – Bufó tomando una antorcha y apagando la otra - Sé que estas asustada, yo también lo estaría si no hubiera visto cosas más horribles que esa. Como sea, este no es el mejor lugar para desarrollarnos en una charla amena como la que planeo tener contigo. Guarda silencio, deja de ser una mujer paranoica y, ayúdame a llevar a Alejandro a un lugar seguro –
Kiran puso una mano sobre el hombro de Alejandro, pero antes de que lo pudiera notar se la aparté violentamente.
- No me lo voy a comer Gaiga –
Dijo Kiran viéndome con gravedad.
- Lo siento –
Me disculpe. No sabía ni porque lo había hecho.
Ambos levantamos a Alejandro del suelo, estaba medio consiente, así que podía sostenerse un poco sobre sus piernas. Dejé que Kiran nos arrastrara mostrándonos el camino en la media penumbra de la noche.
Mi corazón estaba tan acelerado que podía ver las palpitaciones por encima de mi camisa. Veía a todos lados pensando que la bestia iba a aparecer en cualquier momento para comernos vivos.
Caminamos hasta una pequeña choza entre grandes árboles. Metimos a Alejandro y a tientas en la poca luz de la Luna que entraba por las destruidas ventanas lo acostamos sobre una mesa.
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Cuna De Reyes
FantasiIntenté asesinar a Leonardo Kapoor, el primer heredero a la corona de Perles. Rompí mis votos como soldado de la guardia real y conspiré contra el Rey Sebástian. Maté con solo mis manos a los trescientos hombres que custodiaban mi celda en los cala...