Apenas tuve tiempo de fijarme en lo que pasaba a mi alrededor cuando las puertas de Bargalay se cerraron a mis espaldas.
Los soldados corrían de un lado a otro en un estruendo de hierro, espadas, botas y relinchos. El general Maral bajó a Rama de su caballo haciéndolo morder el polvo de la calle y le apuntó con el dedo soltándole una tormenta de maldiciones en Gamu. Yo no conocía mucho la lengua de los agrestes de laguna del cofre, pero estaba segura que empleaba la palabra gusano más de lo humanamente necesario.
Ni Lord Samar, ni Fema, ni yo nos movimos de nuestro sitio. Fue mi padre quien acudió en auxilio de Rama, se plantó frente al general Maral pese a que éste le sacaba casi una cabeza y levantó la mano hacia su fornido pecho sin llegar a tocarlo.
- Ya basta – le ordenó firmemente sin levantar la voz – analice un poco más la situación general, ni el capitán Wesman es tan estúpido como envenenar a su enemigo de forma tan obvia en un combate -
El general Maral, furioso, dio un paso al frente y estiró las manos dispuesto a estrangular a mi padre. Avancé y le di un empujón en el hombro, que no lo movió de su sitio por supuesto, pero fue suficiente para que me prestara atención.
- No le pongas tus sucias manos encima – Le gruñí.
- ¿Qué es lo que vas a hacer? – Me retó, acercándose de forma amenazante.
- Yo no lo hice – gimió Rama tumbado en el suelo sin hacer el mínimo intento por levantarse.
Se retorcía de dolor sujetándose la muñeca de la mano derecha. Debió haber caído sobre su mano lisiada.
Lord Samar dio un paso al frente, su rostro era una máscara de calma muy transparente. No alcanzó a decir nada porque Kiran llegó corriendo desde una de las torres. No se veía agitado pero sus ojos estaban inquietos.
- Mi Lord, temo ser yo quien se lo diga, pero no vamos a poder resistir detrás de estos muros –
- ¿Qué quieres decir? – Preguntó Lord Samar. Impávido.
- Venga conmigo –
Kiran echó andar de vuelta a las escaleras. Lord Samar se volvió hacia Fema antes de seguirlo.
- Lleva a Wesman como prisionero. Nos encargaremos de su asunto después –
Fema azotó una bota en el suelo y fue a levantar a Rama, mi padre le ayudó. En su naturaleza estaba intentar defender a los miserables.
Dí media vuelta y me dispuse seguir a Kiran cuando un tirón en el brazo me hizo volverme violentamente.
- Esto no se va a quedar así – Bufó el general Maral mirándome con todo el odio de su corpulento corazón.
Me solté de su agarre de un tirón y seguí mi camino sin decir nada. A veces callar es lo más sensato.
Corrí escaleras arriba detrás de la capa de Lord Samar, Gucci se me unió en el camino.
- Ya todo se fue el carajo ¿no? – Dijo con tono inusualmente divertido.
- Todo se fue al carajo desde que el tártaro abrió las piernas y parió a su maldito hijo aquí – Refunfuñé.
- Que vulgar – Dijo Gucci fingiendo sorpresa.
- ¡Que se vayan a la mierda a los modales! – bufé abriendo de un empujó la puerta que salía al adarve.
Arriba las cosas estaban mucho peor. Hileras de arqueros se apostaban a lo largo de la muralla hasta perderse de vista, entre espacios de quince metros aproximadamente, ollas de brea hirviendo emanaban un olor fétido y quemado. Contuve el impulso de taparme la nariz y me asomé a la almena. Me di cuenta inmediatamente que no debí hacerlo.
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Cuna De Reyes
FantasíaIntenté asesinar a Leonardo Kapoor, el primer heredero a la corona de Perles. Rompí mis votos como soldado de la guardia real y conspiré contra el Rey Sebástian. Maté con solo mis manos a los trescientos hombres que custodiaban mi celda en los cala...