f i f t e en

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Cinco años atrás...

—¡Corre, corre, que te pillo! ¡Buaaaaaah!

La pequeña Hye correteaba por toda la casa huyendo de su hermano mayor. JungWoo corría detrás de ella haciéndose pasar por un monstruo que se la quería comer. Corretearon por el salón soltando gritos y risas, y saltando por los sillones, después por la cocina. La pequeña de cuatro años gateaba debajo de la mesa de madera de la cocina y JungWoo hacía ruidos y la cogía de los tobillos delicadamente poniendo nerviosa a la pequeña que comenzaba a gritar aún más. JungWoo adoraba a su hermana menor, le encantaba jugar con ella, cuidarla, peinarla y contarle cuentos antes de dormir. Para JungWoo su hermana pequeña lo era todo, JungWoo era el protector de su hermanita. Siguieron corriendo escaleras arriba llegando a la habitación de sus padres, la pequeña saltó en la cama y finalmente JungWoo acabó encima suya haciéndole cosquillas y carantoñas, tal y como a Hye le gustaba que hiciese cuando jugaban al monstruo. Adoraba a su hermana y eso era innegable. JungWoo había pedido a los siete años un hermano a sus padres pero hasta que no cumplió los quince años no consiguió tener a su deseada hermana, a pesar de las dificultades que conllevaba tener a su hermanita sus padres hicieron lo posible para tenerla. A JungWoo le daba igual si era niño o niña, tan solo quería un hermano con el cual poder jugar. Y su hermanita cumplía todas las expectativas.

Dejaron de juguetear cuando escucharon la puerta de casa abrirse y cerrarse poco después. Sus padres habían llegado a casa. Los pequeños salieron de su habitación y se dirigieron hacia la puerta donde estaba su madre ayudando a su marido a bajar de la silla de ruedas y sentarse en su sillón negro de cuero, posteriormente, la mujer colocó la bombona de aire cerca suya en caso de que lo necesitase. JungWoo adoraba ese sillón, le gustaba el olor que desprendía y siempre que podía se pasaba las tardes sentado en él haciendo los deberes o cualquier otra cosa. El olor que desprendía ese sofá hacía que se sintiera más cercano a su padre. El padre de los pequeños estaba enfermo, cuando JungWoo tenía catorce años le diagnosticaron un cáncer de pulmón en una fase un tanto avanzada. Los médicos no tenían mucha esperanza en su recuperación pero la madre de Woo no se rendía, no podía dejar que su marido muriese y mucho menos que sus hijos se quedasen sin un padre.

—Papi, papi, papi, ¿puedes jugar hoy?—Preguntó la pequeña corriendo hacia su padre y sentándose en sus piernas. A pesar de la enfermedad su padre sonreía, sonreía por sus hijos y por su esposa. El padre de los pequeños no quería dejarse consumir por el cáncer. Lucharía hasta que sus pulmones dejasen de funcionar.

—Cariño, papá tiene que descansar—dijo la madre con una sonrisa cansada. Llevaban toda la semana yendo a médicos para informarse de diversas pruebas de tratamientos, sin embargo, todas eran demasiado caras y aún no sabían cómo lograrían sacar el dinero. Era algo que tenía bastante estresada y agobiada a la pobre mujer.

—¡Eso dijiste ayer! ¡Quiero jugar con papi!—Empezó a berrear la pequeña quejándose y saltando en el regazo de su padre. El hombre puso una mueca de dolor ante el berrinche de su hija. JungWoo lo notó y fue directamente hacia su padre para tomar a la pequeña entre sus brazos.

—Puedo jugar contigo, bicho—dijo Woo con una sonrisa—. ¿Tomamos té en tu famosa tetería, señorita Kim?

Era el juego favorito de la pequeña. En un santiamén logró que la pequeña dejase de berrear y fuera hacia su habitación para preparar la tetería. La madre de Woo acarició su cabello negro, incluso en su tacto podía sentir lo cansada que estaba su madre. Habían sido unos años bastante duros en los que se encontraban constantemente en médicos, hospitales, urgencias...etc. Había momento en los que el cáncer parecía que no crecía pero sus pulmones se llenaban de líquido y de nuevo a urgencias. JungWoo tenía que ser fuerte, tenía que ser fuerte por su familia, es por ello que se preocupaba tanto de su hermana menor. Su madre no podía cuidar de Hye tal y como lo desearía, eso hacía que se sintiera culpable, se sentía mala madre pero Woo le quitaba esas ideas. Debía cuidar de su marido, debía hacerlo. Y JungWoo debía cuidar de su hermana.

otaku ; luwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora