t h i r t y t h r e e

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viernes, 16 de diciembre de 2016, 00:02 

—¡Ya estoy en casa!

Anunció Mark nada más entrar en casa a pesar de saber que nadie le contestaría, seguidamente  dejó los zapatos mal colocados en el recibidor y las llaves en su sitio correspondiente. Había sido un día agotador e intenso pero por suerte hoy había sido el último día de clases y su último examen por lo que hoy empezaban sus vacaciones oficialmente, aunque a la vuelta le esperaban algún que otro examen. Desde que empezó la época de exámenes a penas veía a sus compañeros de piso, tan solo tenía tiempo para comer, ducharse y dormir unas pocas horas porque el resto del día se dedicaba a estudiar y a trabajar. Por eso mismo, lo único que le apetecía después de volver del trabajo era ducharse, aunque a veces ni eso, y meterse en la cama, además de que volvía siempre sobre las doce de la noche y a esa hora sus amigos ya estaban durmiendo. Y eso mismo se esperaba hoy pero las luces del salón estaban encendidas al igual que las de la cocina, sin mencionar que un rico aroma de comida recién hecha provenía de la cocina. Por fin cenaría algo decente, no obstante, ¿quién estaba despierto a estas horas y encima cocinando? En casa solo cocinaban Johnny y, su otro compañero de piso, Yuta aunque la mayoría de las veces solo cocinaba Johnny pero le extrañaba bastante que estuviera cocinando a estas horas y dudaba mucho de que Yuta estuviera en casa, casi siempre dormía fuera de casa, tal y como solía hacer YoonOh.

—Bienvenido a casa, Makku—YoonOh salió de la cocina con un delantal puesto, con las mangas de la sudadera remangadas y los dedos manchados de huevo y panko.

YoonOh no solía cocinar, pocas veces se animaba a hacerlo y cuando lo hacía era para pedir un favor o para pedir perdón por algo que había hecho. Mark alzó una ceja dudoso ante su repentina amabilidad y mucho más cuando le llamó por su mote que solo usaba en ocasiones muy específicas. Estaba más que claro: YoonOh quería decirle algo. Y la deducción de Mark estaba en lo cierto, quería comentarle los planes que tenía para Navidad y llevaba así desde el mismo día que JungWoo aceptó pasar las dos fiestas juntos pero, por diferentes motivos, YoonOh no había tenido la oportunidad de hablar con él. YoonOh ya estaba en su último año de carrera por lo que tenía que aplicarse mucho más, entre el trabajo de fin de curso, los exámenes y el trabajo no había tenido la oportunidad de comentárselo. Intentó quedarse despierto para esperarle pero al final se acababa durmiendo en su escritorio entre sus libros y al día siguiente tenía un fuerte dolor de espalda. Así que hoy, el último día de clases para ambos, estaba dispuesto a decírselo.

—¿Desde cuándo cocinas para otros?—Dijo divertido con una ceja alzada, dejó la mochila que llevaba en el suelo. A Mark le gustaba el orden pero estaba bastante cansado como para dirigirse a su habitación y dejar su mochila.

—Pues desde que un señorito que yo me conozco no sabe ni hacerse un huevo frito—contestó divertido y Mark sintió la vergüenza apoderarse de él. Mark es un poco patoso con lo que respecta la cocina. Un día estaba solo en casa, ninguno de sus amigos estaban en casa y encima tenía hambre por lo que decidió hacerse un huevo frito aunque eso al final acabó siendo un revuelto y todo el huevo se quedó pegado en la sartén; se había olvidado de poner el aceite—. Venga, siéntate que voy a traerte todo lo que te he preparado—le guiñó un ojo a modo de hermano mayor y se volvió a meter en la cocina.

Mark torció un poco el labio y se quedó unos segundos en el mismo lugar dubitativo. Le extrañaba su repentina actitud pero eso no significaba que YoonOh no fuese agradable con Mark, todo lo contrario, siempre estaba ahí para todo lo que Mark necesitaba, era como su hermano mayor aunque Mark en un momento lo fue para YoonOh. Decidió no darle más vueltas al asunto y se sentó donde la había indicado YoonOh, debía aprovechar la generosidad de su mejor amigo ahora que podía. Al sentarse en la silla relajó los hombros que llevaban tensos durante todo el día, estiró su cuello y sacó su móvil para matar el tiempo hasta que YoonOh viniese con la comida que le había preparado. El semblante de Mark se contrajo al ver los mensajes que aparecían en su pantalla: eran de Emma. Suspiró cansado y decidió que lo mejor era guardar el móvil e ignorar los mensajes. Las cosas entre ellos dos no iban bien y todo empezó con el día en el que Mark decidió contarle lo que pasó con JungWoo, sabía que lo mejor era no hablar de ello pero la culpabilidad le carcomía por dentro por lo que decidió contárselo. Obviamente discutieron pero Emma decidió perdonárselo algo que sorprendió bastante a Mark, no obstante, las cosas ya no eran iguales. Emma estaba constantemente controlando con quién hablaba, estaba o dónde estaba hasta que Mark se hartó de ello y decidió pedirle un tiempo lo que significaba que Mark estaba pensando en dejarla. Desde la llegada de JungWoo las cosas han cambiado bastante e incluso los sentimientos de Mark hacia su novia con la que se imaginaba cansándose cuando terminasen sus estudios y encontrasen un buen trabajo.

otaku ; luwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora