t w e n t y e i g h t

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viernes, 15 de julio de 2016, 18:01

Habían pasado tres semanas desde que JungWoo había empezado su nueva vida en Canadá y dos semanas desde que había comenzado con su curso de inglés aplicado a la psicología, debido a que tenía que aprender todos los términos que había aprendido durante tres años en inglés el curso estaba siendo bastante intenso y debían ir bastante rápido. JungWoo soltó un suspiro mientras leía un texto sobre Janet* en inglés; no entendía absolutamente nada. Su mente estaba en cualquier otra parte que en el texto que llevaba leyendo desde hace dos horas; dejó caer el texto sobre su cara soltando otro cansado suspiro. No podía dejar de pensar en YukHei, habían pasado tres semanas desde que había dejado su hogar y más de un mes desde que había terminado su relación con YukHei pero la necesidad de ser arropado por sus brazos era mucho más intensa que cuando estaba a tan solo unos minutos de su casa.

Tiró el texto al suelo y se acurrucó en su cama cerrando los ojos. Desde que se había instalado en la residencia se le había hecho imposible conciliar el sueño y ya no era solo por el jet lag: se sentía bastante incómodo entre sus sábanas. Sentía un hueco en sus brazos, un vacío que necesitaba ser ocupado por el cuerpo de YukHei, le necesitaba ahí. Pero no solo extrañaba al que había, y seguía siendo, el amor de su vida, también se sentía francamente culpable por seguir amando a una persona que había jugado con sus sentimientos y que había tomado su romance como un error de juventud. Su pecho dolía y sus ojos estaban constantemente repleto de lágrimas. Se sentía roto, destrozado e incompleto, una parte de él siempre se quedaría en Busan, con YukHei.

Los primeros días de su estadía estuvo acompañado por Mark. Le enseñó la residencia, la universidad además de que le hizo un pequeño tour por la zona durante dos días. Agradecía enormemente la dedicación y el tiempo que le brindaba Mark pero después del tour dejaron de hablarse, más concretamente, JungWoo había dejado de contestar los mensajes de Mark. No se encontraba de ánimos como para hablar y aparentar que todo estaba bien, simplemente no podía ocultar lo roto y destrozado que se encontraba. Su vida académica se había reducido a ir a la universidad, sonreír falsamente a los compañeros de su clase y volver a la residencia. Se pasaba las tardes estudiando con el fin de despejar su mente pero llegaba un momento de la tarde que se ponía a llorar y finalmente acababa tumbado en la cama mientras se abrazaba a sí mismo y se ahogaba en sus propias lágrimas. Pocas veces hablaba con TaeYong ya que este no estaba disponible la mayoría de las veces por lo que su sentimiento de soledad incrementaba. Pero tampoco podía estar llamando a su madre constantemente, no quería preocuparle y perturbar su vida.

JungWoo se sentía vacío, sin ganas de hacer nada y con un fuerte dolor constante instalado en su pecho. ¿Lograría algún día recuperarse y seguir con su vida normal? Limpió sus lágrimas al darse cuenta de que estas caían por su nariz. Había veces que no se daba ni cuenta de que había comenzado a llorar; ya se había vuelto costumbre. JungWoo estaba dispuesto a coger su móvil y llamar a TaeYong, realmente tenía la necesidad de oír las palabras de aliento que su mejor amigo siempre le brindaba en los peores momentos; necesitaba a su mejor amigo. Pero antes de poder siquiera cogerlo alguien llamó a la puerta. JungWoo frunció el ceño, no había hecho ningún amigo y mucho menos creía que fuese algún compañero de su clase, ni se había esforzado en conocer los nombres de sus compañeros o su país de procedencia. Igualmente decidió levantarse y abrir la puerta; tampoco tenía nada más interesante que hacer. Probablemente sería alguien que se había equivocado y todo sería igual. Pero para su sorpresa sí que conocía a la persona que estaba tras la puerta: era Mark con una bolsa en su mano.

—Hey, what's up, bro?—Dijo alegremente Mark marcando sus tan típicos hoyuelos, no pudo evitar sonreír ante la calidez del joven—. ¿Estás muy ocupado?—JungWoo quiso reír pero en vez de eso se echó a un lado para que Mark entrase a su habitación, un poco vacía como para estar ya tres semanas instalado en la residencia.

otaku ; luwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora