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jueves, 12 de enero de 2015, 18:00

YukHei leía el temario una y otra vez mientras lo repetía en voz alta, se encontraba sentado en la parte trasera de la camioneta de su padre, en ese momento Chittaphon se abalanza sobre él quedando colgado de su cuello. YukHei ni se inmuta, sabía a la perfección de que se trataba de su mejor amigo; siempre hacía lo mismo. Siempre se montaba de su espalda y se colgaba de su cuello como si fuese un koala. Y para nada le sorprendía que le hubiera pillado en la camioneta, era el sitio favorito de YukHei a pesar vivir en una continua tensión con su padre día tras día, en el fondo le quería, era su progenitor y quien le pagaba la universidad; debía quererle. Chittaphon comenzó a zarandearle con el fin de llamar su atención. Chittaphon era como un niño pequeño, aún no entendía cómo era posible que su novia le aguantase. Sí, su mejor amigo tenía novia, nadie podría creerlo y eso que llevaban cerca de tres años juntos.

—¿Qué quieres, Chittaphon?—Pregunta YukHei al ver que no se descuelga de su cuello pero sin apartar la vista de su libro, aún no era el examen ni habían dado el temario que tenía entre sus manos pero YukHei era previsor, le gustaba tenerlo todo a la perfección hasta el mínimo detalle.

—Quiero que dejes de estudiar tanto, echo de menos al antiguo Xuxi—contestó con voz dulce colocando su rostro en el cuello de YukHei, sabía que odiaba esas muestras de cariño, eran hombres, por favor.

—Ugh, apártate, idiota—levantó al fin la vista del libro y empujó a Chittaphon.

Al final ambos se tumbaron en la camioneta. Acontecía un atardecer hermoso de admirar, los colores anaranjados se tornaban con los rosáceos y violáceos, a YukHei le encantaban los atardeceres. Justamente por eso venía a estudiar aquí, era el mejor lugar para ver un atardecer. Nunca había traído a nadie aquí, exceptuando a Chittaphon a quien le confiaba hasta el secreto más oculto que tuviese, para YukHei Chittaphon era como un hermano al que acudir cuando le rompían el corazón o cuando discutía con su padre. Además la madre de Chittaphon lo trataba como un hijo más, para YukHei siempre había un plato de comida caliente en su casa. No obstante, Chittaphon no sabía todo acerca de su mejor amigo.

—¿En qué piensas?—Preguntó Chittaphon en un susurro, sentía lástima de romper el dulce silencio que se había creado. Apoyó su rostro en el hombro del más alto el cual tenía la mirada perdida en el majestuoso atardecer.

—En nada especial.

Mentía, tenía tantos pensamientos rondando por su cabeza que no era capaz de ordenarlos ni para ser entendidos por él mismo. Quería huir de aquí, cambiar de vida y dejar de ser él por un momento. Se iría sin maleta alguna al primer vuelo que saliera, le daba igual el destino, tan solo quería no ser encontrado por nadie, desaparecer por un momento. Pero nunca se lo diría, es cierto que le había confesados secretos que absolutamente nadie conocía pero no quería mostrar esa parte tan íntima de él a otra persona. Ser YukHei era difícil, demasiado complejo incluso para él mismo.

—Yo pensaba en comida, ¿comemos en el Tony's?—YukHei sonrió.

Siempre que se sumergía en sus pensamientos más profundos y oscuros estaba Chittaphon para sacarle de allí y tener una visión más distinta del mundo que le rodeaba e incluso de sí mismo.

jueves, 12 de enero de 2015, 19:30

Tony's era la mejor hamburguería que pudiera existir en toda Corea del Sur, era poco conocida pero eso la hacía más especial para los dos chavales, ni hacía falta que pidieran su menú porque Tony, el dueño del local, siempre sabía qué pedirían. YukHei se sentía feliz y tranquilo en el lugar, era como el sitio donde poder evadirse con unas buenas hamburguesas con patatas. Se sentaron en su mesa de siempre, la que estaba colocada en la ventana del fondo con las mejores vistas a la carretera por donde pasaban una infinidad de coches, a YukHei extrañamente le gustaba ver las luces rojas y amarillas de los coches, se sentía como un niño pequeño impresionado o algo por el estilo. Y lo mejor de todo era escuchar su canción favorita de fondo, a esta hora casi nadie pasaba por el lugar, la clientela fiel solía pasarse más entrada la noche por lo que el garito era todo suyo.

otaku ; luwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora