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sábado, 15 de octubre de 2016, 12:30

—¿Crees que JungWoo me odia?

Preguntó YoonOh por enésima vez desde que abrió los ojos en la mañana, nada más levantarse. Mark se limitó a soltar un suspiro mientras continuaba con la compra de la semana, estaban comprando lo justo y lo necesario como para sobrevivir a fin de mes pero YoonOh no estaba ayudando en nada, tan solo estaba siendo un martilleo de cabeza para Mark. Desde aquella noche donde JungWoo acabó llorando en el hombro de YoonOh, el círculo amistoso de JungWoo se vio obligado a introducir a alguien más: al propio YoonOh. Aquella noche fue el inicio de lo que sería la primera relación amorosa que JungWoo mantendría estable durante años, al igual que se convertiría en una angustia para Woo. Después de incómodo momento donde el hombro quedó empapado de todo el dolor que Woo llevaba acumulando durante tanto tiempo no volvieron a hablar hasta llegar a la residencia, JungWoo se sentía bastante avergonzado que no era capaz de decirle absolutamente nada, aunque le hubiese gustado agradecerle el gesto tan afectivo que había tenido con él. Sin embargo, no hizo falta que JungWoo dijese nada, YoonOh se encargó de entablar una conversación totalmente ajena a lo ocurrido. JungWoo tan solo pudo pensar que YoonOh era muy hablador a pesar de que a primer vista parecía más reservado y tranquilo, no pudo evitar reír ante ese pensamiento.

—Por fin te has reído, pensé que te estaba aburriendo—comentó YoonOh provocando cierta timidez en JungWoo aunque la oscuridad de la noche que les envolvía no le permitía ver la timidez de JungWoo reflejada en sus ojos. A pocos pasos se encontraba el edificio donde se encontraba la habitación de JungWoo.

—Gracias—se limitó a decir JungWoo con el fin de que entendiese que no solo le agradecía el gesto de acompañarle sino también de ser un hombro en el cual poder desahogarse y apoyarse, lo que Woo no sabía es que ese hombro sería una zona de cierto confort en el futuro.

Antes de que YoonOh pudiese siquiera despedirse JungWoo ya se encontraba de camino a su habitación. El corazón de JungWoo se sentía acelerado, ansioso y nervioso, varias emociones fluían por su pecho pero por alguna extraña razón no le desagradaba, no eran sensaciones de agobio o angustia, eran sensaciones agradables, similares a cuando coqueteaba con YukHei. A pesar de la pequeña crisis que había sufrido en la fiesta debía reconocer que se había divertido, o al menos de camino a la residencia pudo reír. Al menos estaba logrando varios de sus objetivos cómo salir de la residencia y hablar con otra persona que no fuese Mark. Se sentía feliz por haberlo logrado pero cuando los días pasaban y YoonOh se unía a las quedadas con Mark la incomodidad volvía. Muchas de las tardes que quedaba con Mark acababan hablando de YukHei con el fin de poder desahogarse o por el simple hecho de que a JungWoo le encantaba hablar de YukHei porque seguía enamorado de él, algunas tardes hablaba con cierta melancolía mezclada con diversión pero otras tardes hablaba con frustración, tristeza e incomprensión, y esas tardes, donde todo no tenía sentido, en esas tardes, el llanto llenaba la habitación y las dulces palabras y caricias de Mark eran un gran soporte para JungWoo. Pero ahora que YoonOh se unía de forma esporádica y cada vez con más frecuencia JungWoo podía sentir cómo invadían su espacio personal y con ello la incomodidad era presente y hasta cierto punto era molesta su presencia.

YoonOh y JungWoo compartían muchos gustos en común, tanto musicales como cinematográficos. No obstante, se mantenía en silencio con el fin de no entablar una conversación con YoonOh y es por ello que las tardes se basaban en conversaciones casuales entre Mark y YoonOh mientras que JungWoo les escuchaba o simplemente miraba la ventana o su propio teléfono móvil. YoonOh no era un mal chico, todo lo contrario, es alguien bastante servicial, agradable, amistoso y divertido, pero para JungWoo era molesto, no le caía mal, pero su presencia suponía invadir su espacio vital, su zona de confort. Nunca pensó que una persona pudiese molestarle tanto como lo hacía YoonOh, sin olvidar que al inicio su presencia le causó una impresión bastante buena e incluso intimidante debido a su buen porte. Desde su ruptura con YukHei su personalidad se había vuelto más desconfiada, fría e incluso un poco arisca. JungWoo se avergonzaba de sentirse de esa manera por lo que empezó a preguntarse si lo que sentía por YoonOh era envidia porque él, a pesar de ser extranjero como él, había podido adaptarse adecuadamente a las nuevas circunstancias. Aunque también podía envidiarle porque YoonOh era bastante feliz mientras que JungWoo tan solo se limitaba a ahogarse en su miseria amorosa. Había tantas cosas de YoonOh que resultaban molestas que no sabía desde que punto hasta que otro punto podría empezar.

otaku ; luwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora