s e v e n t e e n

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lunes, 7 de septiembre de 2015, 6:45

Habían pasado unas semanas después del incidente entre YukHei y DongYoung. Desde ese día en el hospital no volvieron a verse ni el tema volvió a sacarse, ni por parte de Chittaphon ni por parte de JungWoo. Las cosas entre ambos seguían estancadas, ni un paso hacia atrás ni uno hacia delante. Aunque era cierto que pasaban más tiempo juntos, YukHei siempre iba todas las tardes que podía a la cafetería en la cual trabajaba JungWoo o los fines de semana cenaba en el Tony's y esperaba a que JungWoo saliese de su trabajo. Era una rutina que llevaban y que había surgido de forma espontánea, a pesar de ser una rutina y formar parte de la vida cotidiana de JungWoo el susodicho aún no se acostumbraba encontrar a YukHei esperando en una de las mesas de la cafetería, o de la hamburguesería, matando el tiempo con el móvil hasta que su Hyung saliese del trabajo. El corazón de JungWoo se desbordaba, no podía evitarlo a pesar de ser todos los días iguales. Incluso su pecho bombeaba con fuerza cuando quedaban treinta minutos para acabar. Cada vez se enamoraba más de YukHei, y cada vez se sentía más dependiente de él, no había otra cosa más importante para él.

Aunque YukHei ocupase la mayor parte de sus pensamientos también estaba pendiente de la situación familiar. Hye no era un quebradero de cabeza, siempre fue una niña tranquila y obediente, el quebradero de cabeza era su madre. Las cosas estaban mejorando, la mujer tomaba su medicación en los tiempos adecuados, limpiaba la casa e incluso había comenzado a cocinar. JungWoo seguía ayudando en las labores domésticas aunque más difícilmente debido a sus trabajos. A pesar de ver a su madre en tan buen estado seguía en alerta, en cualquier momento podría volver a caer y podría ser una recaída más fuerte de lo normal. Pero por ahora se centraría en el presente, ahora su madre se encontraba desayunando enérgicamente frente a su hijo mayor porque hoy era su primer día de trabajo.

—Has mejorado bastante en la cocina, Woo—dijo la mujer con la boca llena y sus mejillas rebosantes de energía. La madre de Woo había comenzado a comer de forma adecuada y en los horarios adecuados, incluso había subido de peso—. Estaba muy rico, gracias—hizo una pequeña reverencia hacia su hijo agradeciendo el gesto de haberse levantado al mismo tiempo que ella y prepararle el desayuno, además de la comida que preparó ayer en la noche.

La mujer se sentía nerviosa y no paraba de tocarse el moño que se había hecho en el pelo. Hacía mucho tiempo que no trabajaba, que no llevaba un maletín en sus manos y no iba vestida como iba hoy. Se sentía extraña y una pequeña parte de ella deseaba volver a la comodidad de estar en la cama y que su hijo se encargase de todo pero, la parte racional y sensata sabía que no podía cargar más responsabilidades en Woo. Suficiente tenía con dos trabajos para mantener la economía del hogar.

—No tengas miedo—la voz de su hijo mayor asustó a la mujer. Woo tenía ambas manos en sus hombros intentando animarla, no quería que se echase atrás—. Todo irá bien, tan solo tienes que estar tranquila. Piensa en positivo—aunque la mujer no pudiera ver la sonrisa de su hijo sabía que lo estaba haciendo—. Tus hijos están orgullosos de ti, mamá.

Respiró hondamente llenando sus pulmones hasta llegar a su límite y fue expulsando el aire poco a poco, era una técnica de relajación que su hijo le había enseñado a la fuerza después de varios ataques de ansiedad. El pequeño Woo también estaba nervioso, sabía que no era él el cual tenía que enfrentarse a su primer día de trabajo pero no podía sentirse ansioso y sobre todo miedoso. ¿Y si su madre decidía salir corriendo? ¿Y si ni llegaba a pisar la calle nada más tocar el picaporte de la puerta? Miles de preguntas inundaban su cabeza y todas esas preguntas le ponían cada vez más temeroso. Aunque su madre se encontrase mejor que años atrás, JungWoo no podía confiar del todo en ella, siempre dudaba de su fuerza de voluntad.

—¿Quieres que te acompañe a tu trabajo?—Preguntó rápidamente Woo. La mujer podía notar que no confiaba en ella del todo y era algo bastante normal. Aunque también era cierto que nunca habían llegado a este punto, la mujer siempre buscaba trabajos de secretaría en empresas pero al final siempre rechazaba la oferta. Pero esta vez no, esta vez la aceptó porque se sentía con fuerzas y sobre todo por sus hijos. Si su marido de verdad estuviera viéndola desde las nubes tal y como le dijo su pequeña años atrás, ahora mismo estaría avergonzado de ella. Debía pelear, tal y como lo hizo su marido hasta que sus pulmones no dieron a más. JungWoo llevaba peleando por esta familia mucho tiempo, era hora de que disfrutara de la vida universitaria.

otaku ; luwooDonde viven las historias. Descúbrelo ahora