C.3

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... entonces te vi,
y todas las canciones
tuvieron sentido.

━━━━━━━━ ⸙ ━━━━━━━━

─Buenos días ─ digo cuando abro la puerta del pequeño restaurante familiar.

Dentro hay algunas personas, una de ellas es la mujer que me recibió, la señora Min. Había intentado recordarla lo antes posible, pero nada venía a mi cabeza, solo un dolor que me hizo quejarme como niña pequeña con mi abuela.

─Buenos días, has llegado ─

─Si, realmente estaba ansiosa ─ sonreí.

─Me parece muy bien, eso es una muy buena motivación para levantarse temprano siempre ─ asiente ella.

En el local, que aún estaba vacío, solo había un hombre calentando la plancha para empezar a crear comida deliciosa, además de la señora Min, quien estaba bajando las sillas de encima de la mesa.

─Quiero trabajar lo antes posible, dígame cuales serán mis tareas ─

─Como ya te lo había dicho, me ayudaras en la caja registradora, pero también en atender algunas mesas de vez en cuando, también de limpiar las mesas cuando estén desocupadas. Es algo que solemos hacer las personas que estamos aquí al frente ─ sonríe ella.

─Claro ─

─Por ahora tenemos que acomodar las sillas y limpiar las mesas, debemos tener todo listo para cuando den las ocho de la mañana, muchos salen a sus trabajos muy temprano y necesitan un poco de café ─

─Entonces no hay tiempo que perder ─ digo.

─Uhm, esa es la actitud ─ la señora Min parece feliz.

Empiezo bajando las sillas de las mesas y acomodándolas en su lugar, las ventanas están despejadas, las cortinas con ese amarillo desgastado están a cada lado de ellas. Nunca había trabajado en mi vida, pues nunca fue necesario, pero estoy familiarizada ayudando en cosas como estas a la abuela y a mi madre... sé que ella estará feliz viéndome desde el cielo.

Tenía que estar animada, esto lo hacía por mí, no quería ser una carga.

(...)

Las personas entraban una tras otra, y como ya lo había dicho la señora Min, todos pedían una taza de caer, ya sea para beber aquí o para llevar, pero casi todos pedían lo mismo.

El lugar estaba muy animado, el brillo del sol entraba por las ventanas, haciendo que el lugar se iluminara con ese precioso color dorado, además del olor a comida casera. Se sentía como si fuese un cálido hogar.

─... en un momento sale su pedido ─ digo sonriendo a las personas que habían llegado.

─Gracias ─ me dicen.

Todos son amables, más de uno dijo conocerme, claramente cuando era más pequeña. Parecía que todos se conocían en este lugar. ¿Y cómo no? Era un pequeño pueblo, donde todos Vivian desde generaciones atrás.

─Un par de tazas de café, uno sin azúcar y el otro sin leche, y un par de platos de huevo con tocino ─ digo al cocinero mientras me asomo por la ventanilla que apartaba la cocina con l restaurante.

─Escuchado y trabajando ─ dice con ánimo el señor. Es gracioso verlo hablar, pues cada vez que lo hacía, su bigote se movía. Todo estaba yendo muy bien.

─ ¿Todo está bien? ¿Has tenido algún problema? ─ siento la mano de la señora Min en mi hombro, volteo a verla con una sonrisa.

─En absoluto, todos son amables y saben que pedir antes de que yo les diga que hay ─

Plenilunio  [ℐeon ℐungkook]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora