Ｐｌｅｎｉｌｕｎｉｏ [ℐeon ℐungkook]

C. 62

Pov. Jungkook

Los días han pasado, y Rita ha empezado a recuperarse, aunque a una velocidad humanamente posible. Las cosas no han sido fáciles para nadie, yo he tenido que hacer el trabajo que siempre hago para la manda y a parte tenía que hacerme cargo de la casa, y no es que no quisiera, pero a veces quisiera solo llegar y descansar un poco.

MinKy también había estado ayudándome, así que no podía quedarme con todo el crédito. Hoseok también no la había tenido fácil, a pesar de que había dicho que se quería hacer cargo de Mara, él solía llegar un poco tarde a trabajar y con algunas ojeras muy pronunciadas. Solía dejarlo descansar o darle trabajos que pudiera terminar rápido y así que se pudiera ir a casa.

También Alexander empezaba a caminar, claro, con la genética de lobo se recuperaba mas rápido, y aun así Sook estaba supervisándolo. Le había dado una buena advertencia, los chicos me habían dicho que había sido demasiado blando, pero en parte también estaba en deuda por lo que había hecho por Rita. Había hecho borrón y cuenta nueva. Sook se enteró de lo que había hecho y le había llamado la atención, así que siempre le decía que le ayudara con trabajos de recolección de verduras o cualquier otra cosa, extrañamente le hacia caso.

─Traje la comida, después de eso te ayudaré a bañarte ─

─Puedo hacerlo sola, no estoy invalida ─ sonríe Rita mientras se siente en la cama.

Sonrió y me acerco a la cama con bandeja en mano, me siento a un lado de ella.

─No quiero arriesgarme, así que déjame hacerlo ─

─Bien, pero ¿Y MinKy? ─ pregunta, cogiendo el tenedor y pinchando la pasta─. Tengo un buen rato sin escucharlo ─

─Está ayudando con la recolección de las frutas y verduras, pronto vendrán las lluvias y no queremos que se echen a perder ─ comentó, mientras le eso la servilleta.

─Gracias ─ asiente─. Quisiera poder ayudar ─

─Olvídate de eso, el doctor dijo que al menos un par de meses sin esfuerzos ─

─ ¡Pero estoy bien! ─ entrecierro los ojos─. Bueno, solo un poco ─ sonríe ella divertida.

─No te dejaré, así que olvídate de eso y come ─

─Tacaño ─

Negué divertido, pero no dije nada más, mientras ella comía yo sostenía el vaso con jugo o comía de lo que ella me daba. Realmente me alegraba de verla sonriendo, hablándome y mirándome. Cuando la encontré esa vez tirada en el suelo, desmayada, fue muy duro para mí, temiendo perderla había buscado ayuda.

No quiero volver a experimentar algo así.

Después de que terminó de comer, deje los trastes sucios a un lado y la ayudé a levantarse, mientras refunfuñaba como niña chiquita por no dejarla andar sola, la guie hasta el baño. Con cuidado la senté en el retrete y ayudé a desnudarla.

─De verdad que puedo hacerlo yo sola ─ dice, mientras sus mejillas se llenan de rubor.

─Quiero hacerlo, déjame hacerlo ─ ladeo mi cabeza y hago pucheros, los cuales sabía que ella no se resistiría.

Sus ojos fijos en mí, abriendo y cerrando su boca, pero sin decir nada, solo asintió. Había ganado.

Con cuidado le ayude a quitarse la blusa, dejando su piel al descubierto, la mayoría de los moretones habían desaparecido, algunos; como los de su costado, seguían ahí.

Bajé el pantalón de su pijama, ella estaba más que sonrojada, no era la primera vez que la veía de esta manera. Había visto cada parte de ella y lo había disfrutado, no entendía que se pusiera de esta manera. Pero tuve piedad por su salud mental, me detuve cuando ella apretó sus labios al yo llevar mis manos a su sosten.