Ｐｌｅｎｉｌｕｎｉｏ [ℐeon ℐungkook]

C.16

Es curioso cómo a veces se puede llegar a ser tan inocentemente cruel. - Mario Benedetti.

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─Y... ¿Como te esta yendo en el trabajo? ¿todo ha ido bien? ─ asiento sin prestar mucha atención─. ¿Todo está bien con Jungkook? ─ la cuchara se me cae de las manos con solo escuchar su nombre.

Me ha tomado por sorpresa lo que ha dicho, más bien me ha hecho pensar en Jungkook de nuevo y eso consistió en volver a recordar lo que había pasado en su casa.

─¿Porque preguntas eso, abuela? ─ la miró con una sonrisa nerviosa.

─No lo sé, dímelo tú ─ ella sonríe divertida, tal vez ya se las ha olido, se nota que no puedo esconder nada de ella─. Te has puesto nerviosa tan solo nombrarlo, ¿ha pasado algo? ─

─¡Abuela! ─ le digo cuando sonríe con picardía─. No ha pasado... nada, ademas, si hubiera pasado algo entre nosotros no estaríamos haciendo nada malo ─ frunzo el entrecejo.

─Claro que no estarían haciendo nada malo, pero como tu abuela, quiero saber lo que pasa a tu alrededor ─ empiezo a ponerme más nerviosa de lo normal y ha sonrojarme, la abuela parecía querer meterse en el papel de un poli-detective.

─Te juro que seras la primera en saber cualquier cosa... ─ el timbre empezó a sonar, esta era mi oportunidad de escapar─. Yo voy ─

Me levanto de la silla y salgo corriendo hasta la puerta, abro de inmediato, tal vez sea Jungkook que ha venido a disculparse... no, no tiene porque disculparse, ah, realmente me gustó ese beso y si se disculpa, realmente me sentiré mal. Pero no era Jungkook.

─Steve... ─ dije, viendo como en sus manos había una caja de chocolates, las cuales había visto en la farmacia que estaba al final de la calle─. ¿Que haces aqui? ─

─Tenía ganas de verte... ─ me dice sonriendo─. Ah, estos son para ti ─ me entrega la caja de chocolates y después baja sus manos mientras limpia sus palmas en la tela de su pantalón.

─Gracias... ─ murmuro, aunque algo incómoda─. Perdona por lo que diré pero, ¿no sería mejor haberte quedado en casa? digo, después de todo también es tu descanso ─

─Esta bien, no pasa nada, de verdad quería verte y... hablar contigo ─ noté un suave sonrojo en sus mejillas.

─¿Hablar conmigo? ¿De qué? ─

Tonda de mí, ¿por qué tenía que preguntar? tenía un vago presentimiento de lo que podría decirme ahora.

─Bueno, ya sabes, soy alguien que viene del otro continente y allá son más directos, por eso me decidí decirte esto hoy... ─ sí, parecía que era lo que estaba pensando.

─Espera un momento, antes quiero decirte algo... ─ Steve levanta ambas manos y niega.

─Por favor, déjame hablar primero, siento que si me quedo callado por al menos unos segundos, todo el valor que reuní se irá para siempre ─

─De verdad, Steve, es importante lo que tengo que decirte ─

─Dame un segundo, lo diré rápido ─ asiente firmemente, no puedo hacer nada más que quedarme callada, seguro que lo iba a lamentar más tarde─. Rita, desde el primer día que te vi realmente me gustaste, y aunque pasaron los días y yo pensaba que estabas saliendo con aquel chico de mirada amenazante, ayer le pregunté a la señora Min sobre si tenias un novio, ella dijo que no, asi que me animé a decirte esto, Rita, yo tengo sentimientos por ti, ¿quisieras salir conmigo? ─