La lencería.

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— ______, hoy tengo una cita — me platicaba Candy emocionada.

—¿Y con quién?

— No lo sé.

—¿Cómo no lo sabes?— le pregunté confundida.

— Es que es a ciegas — sonrió. —, pero quiero verme espectacular.

— ¿Qué tienes en mente?.

— Acompáñame de comprás ¡Por favor!— me suplico.

Asentí y bajamos de mi habitación para dirigirnos a la plaza.
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—¿Qué hacemos aquí?.

Habíamos llegado a un hermoso lugar, era Grande y contaba con varias oficinas.

— Estamos en Charity, Love and Faith. Aquí trabaja mi papá, necesito dinero espérame aquí.

Candy se fué y me quedé Solá en el vestíbulo de aquél lugar hasta que una cara MUY familiar apareció.

Maldición, me dije a mi misma cuando Keanu apareció. Habían unas plantas así que me escondí detrás de ellas pero mi intento de camuflajearme con la naturaleza no fue del todo exitosa, pues Keanu me vió y comenzó a caminar hacía mí.

—¿Qué haces aquí?—me preguntó curioso.

— Yo...les daba agua a las plantitas.

— Son artificiales.

¡Rayos!.

— Wow, parecen verdaderas, el que las hizo debe estar orgulloso. — sonreí pero el frunció el ceño.

— Ven a mi oficina...

—¿Tú oficina?

— Es...mi compañía. — dijo y comenzó a caminar en dirección a una enorme oficina. El lugar era enorme, pero era modesto, un escritorio, una silla y una computadora. Juntó con una estantería repleta de libros de todos los temas.

— ¿Qué necesitas?— Lee pregunté una vez entramos a la oficina.

— Ya sé que haces aquí.— contesto seguro.

—¿Y qué hago aquí según tú?— dije y me crucé de brazos.

— Ya ví todas las señales, no tienes porqué negarlo. — dijo de lo más seguro.

—¿Qué señales?

— Tienes un Crush Conmigo pero no va a pasar.

Abrí los ojos como platos y no pude evitar reír.

— Estoy aquí por qué Ava necesita dinero para comprar ropa y su papá trabaja aquí.

— ¿Eso es cierto?— preguntó.

— Si, te sientes como un tonto ahora ¿Cierto?— le guiñe el ojo y reí.

Ví a Keanu rodar los ojos y luego me di la vuelta, dejándolo sólo en su oficina.

No podía evitar sentirme de alguna manera victoriosa.
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— Se te ve hermoso ese vestido, Candy . — le dije después de haber visto el vestido número 50.

— Este es — se decidió.

Era un vestido rojo arriba de la rodilla, con los hombros descubiertos y adornado con dorado.

—¿Ya nos podemos ir? — resople

— Falta algo muy importante— dijo y sonrió cómplice.

—¿Qué más falta?

— Lencería Sexy.

Después de horas buscando un vestido, Candy y Yo habíamos tardado otras dos horas tratando de buscar la lencería que le gustará. Al final se decidió por algo negro. Yo me había comprado un conjunto rojo.

Candy me había convencido de que siempre debía tener algo de lencería roja entre mi ropa.

—¡Por fin!— dije entrando a la casa.

Me quité los converse en la sala y subí descalza hasta mi cuarto, tirando las bolsas en el suelo al pie de mi cama.

—¿Compraste mucho?— dijo Keanu entrando a mi cuarto sin avisar.

— Diablos, ¿No sabes tocar?— le reproché.

— Perdón— contestó avergonzado.

— ¿Qué pasaría si estuviera desnuda?

Oh, vamos contesta. Me mataba la curiosidad de saber que diría.

— Yo...Nada. — contesto.

Trato de parecer de los más calmado pero en su rostro pude notar una pequeña sonrisa.

— ¿Estás nervioso Mr.Reeves?— pregunté acortando la distancia entre nosotros.

Su cuerpo se tensó. Keanu se aclaró la garganta y miró mis bolsas de compras tiradas.

—¿Qué compraste? — me cambió de tema y yo sonreí.

— Un vestido, Candy me Hizo comprarlo.

— A ver— dijo y se agachó para recoger mis bolsas.

Me dí cuenta que Keanu había agarrado la bolsa equivocada, en una estaba el vestido y en otra la lencería que me había hecho comprar Candy.

Keanu abrió la bolsa y saco el body rojo de encaje que me había hecho comprar Candy.

— Esa no era la bolsa— dije.

Pensé que el no decirle sería gracioso pero al verlo observar el body me Hizo sentir apenada.

— Lencería roja— su voz se tornó un poco grave.

— ¿Podrías dejar de tocar mí ropa interior? — le reproché.

— Oh, lo siento, si quieres te puedo dejar tocar mí ropa interior para que estemos a mano — río.

Le fulmine con la mirada.

— No voy a tocar tu ropa interior.

— De acuerdo, tú te lo pierdes — dijo y metió el body en la bolsa nuevamente.

— Eres un engreído— dije y le saque la lengua, haciendo qué se pusiera a reír.

— Mañana tengo una cita — cambio de tema.

—¿Tan rápido?

— Si, apenas la voy a conocer pero de ve una persona muy linda.

Esas palabras me hicieron sentir un hueco en el estómago.

— ¿A qué hora?

— A las 5, ¿Sería mucho pedir que no estuvieras?

Fruncí el ceño y me crucé de brazos.

— Está es mí casa,— bufé—, pero bueno, no estaré para que disfrutes tu "cita".

—¡Gracias!— dijo y se acercó a mí dándome la bolsa de mi ropa para luego salir de mi habitación con una sonrisa de oreja a oreja.

"lo siento si no me pongo contenta de saber que tienes una cita, que te verás con otra persona, sigo pensando que podrías ser más feliz a mi lado".

Pasión Prohibida [Keanu Reeves y Tú] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora