La cita de Keanu

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- ¿Puedes creer que me pidió que los dejara solos?— me crucé los brazos y Candy solo me miraba atentamente con una sonrisa en el rostro.

— Admítelo— dijo.

—¿Admitir qué?— le pregunté confundida.

— Que tienes un Crush con Mr. Reeves. — dijo y sonrió dejándome ver toda su aperlada dentadura.

— Estás loca, jamás. — rodé los ojos y ella río.

— ¿Sabes que sería genial?

— ¿Qué dejáramos de hablar de Keanu?

— No— me agarró de los hombros y me sacudió—, Que vayamos a ver qué tal va su cita.

Candy aplaudió como foca retrasada y comenzó a caminar en dirección a mí casa sin siquiera escuchar mi negación, ni darme tiempo de buscar una excusa pars no ir s espiar a Keanu en su "cita.
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Nos asomamos a la ventana que daba hacia la calle y había una pequeña abertura que dejaba ver a Keanu con una mujer de cabello castaño ondulado que le llegaba poco más arriba de los hombros; traía puesto una blusa negra de transparencia dejando poco a la imaginación y unos jeans negros de cuero. Se le veía muy entusiasmada, reía y se sonrojaba constantemente.

Keanu se limitaba a sonreír y a escuchar.

— Vámonos de aquí— le susurré a Candy.

— Si, esto está aburrido— resopló—, pensé que habría acción.

Rodé los ojos y jale a Candy de la blusa para que se desplegará de la ventana. Pero antes de lograrlo ella me detuvo y me hizo ver en la ventana.

Keanu y la mujer se habían levantado y ella se decía que tenía ganas del "postre", definitivamente el postre sería él.  La mujer de saco la polera y dejó quedando semi desnuda frente a Keanu.

— Oh, Dios no podemos seguir viendo esto— le grité a Candy.

"¿Oíste algo?", Se escuchó dentro de la casa.

Candy se retiró de la ventana.

" Seguro no es nada", contesto la mujer.

— Van a hacerlo en tu casa— comento Candy.

— ¡Cállate!— le contesté.

Retrocedimos y para mí mala suerte había un bote de basura detrás que me Hizo tropezar y que el bote emitiera el sonido de una orquesta completa.

Traía puesto un short rojo y esto había provocado que el golpe de mis piernas contra el cemento me sacarán unos feos raspones en las rodillas.

"Definitivamente ahora sí escuché algo" dijo Keanu.

— Mierda, _______ ¿Estás bien?— me preguntó Candy, mientras me ayudaba a levantarme del suelo.

Keanu salió de la casa y nos miraba sorprendido. Más que sorprendido se podía decir que ¿Aliviado?.

— ¿Qué te pasó?— me preguntó mientras observa mis piernas.

Acto que me hizo sentir un poco avergonzada.

— Mr. Reeves lo siento, fue mi culpa— Candy jugaba con sus manos.

— ¿Acaso estaban espiandome?, Tenía entendido que irían de compras ¿Qué hacían aquí? — frunció el ceño.

Muchas preguntas, pocas respuestas. Respiré Ondo y me dispuse a hablar.

— No te estábamos espiando, digo si no fuimos a comprar pero eso no significa que seas el centro del mundo para que te espíe. — contesté y el rodo los ojos.

Sabía que odiaba cuando le contestaba así, así que sonreí victoriosa.

— Keanu ¿Qué pasó?— salió la mujer de la casa y nos miró a Candy y a Mí.

— No es nada lissa ¿Será que podamos seguir la cita otro día?— dijo.

— Pero....pero ¿Porqué?

— Ella es _____, se lastimó y debo atender sus heridas. — le contestó y ella entendió como si supiera quién era yo.

— De acuerdo, llámame— dijo y se fué sin decir más nada.

— Yo... creo que también me voy— intervino Candy para luego salir corriendo y dejarme sola con Keanu.

—¡Vamos!— ordenó.

Keanu me ayudó a entrar a la casa. Una vez adentro me llevo a la cocina.

— No necesitas hacer esto, yo me sé cuidar sola— le dije y el bufó.

— Si supieras cuidarte sola no estarías aquí lastimada de las rodillas.

— ¿Acaso ahora eres doctor o enfermero?— me crucé de brazos.

Keanu acortó la distancia entre nosotros, arrinconandome contra la mesa de mármol de la cocina y haciendo que mi corazón latiera a mil por hora. Colocó sus manos en mi cintura y me levanto para sentarme en la meseta.

— Iré a buscar...— le escuché tragar saliva—, el botiquín.

Cuando Keanu regreso tenía el cabello mojado, se notaba que se había hechado Agua en la cara, pero ¿Porqué? ¿Se había puesto nervioso?. Verdaderamente no lo sé, Keanu siempre era un misterio.

—¿Eso va a arder? — le pregunté y el asíntio.

Me echó una especie de líquido café en las raspadura y sentí un escozor en el área. Pero después de unos segundos se calmó.

—¡Gracias!— le dije cuando terminaba de ponerme las benditas.

— Eres mi responsabilidad ________, es mi que debo hacer.— contesto.

— Te Tomás muy enserio el papel ¿Cierto?

— Tú papá me mataría si algo te pasará.

— Probablemente — contesté y ambos reímos.

Keanu me volvió a cargar para bajarme de ma meseta y quedé atrapada entre sus brazos. Ambos nos miramos.

Era imposible darme cuenta que sus ojos tenían una mezcla de mirada dulce y pervertida al mismo tiempo. Un color oscuro pero con un brillo único.

Quizá sean los ojos más bellos que he visto y no miento, no puedo dejar de mirarle fijamente.

Keanu se carraspeó la garganta y se separó de mí.

—¿Quieres ver una película?— preguntó con la voz temblorosa.

— ¿Eh?...si— le contesté aún sin saber que acababa de pasar.

Oh dios, ¿Qué rayos Acaba de suceder?, Nuestras miradas chocaron y sacaron chispas, pero de un minuto a otro el fuego se apagó.

Podía fingir todo lo que quisiera pero lo que acababa de pasar y su mirada, le delataban.

Pasión Prohibida [Keanu Reeves y Tú] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora