Still The One.

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Ha pasado una semana entera, Keanu y yo no hemos vuelto a hablar ni por mensaje.

Cuando pasamos al lado del otro, siempre espero que volteé pero continua su camino como si nada.

Lissa viene a la casa algunas veces y mañana Keanu se muda.

Mario y yo volvimos a salir y creó que lo Quiero, tal vez no con la misma intensidad que a Keanu pero con algo de empieza ¿No?

— ¿Quieres ir a mi casa?— preguntó Mario haciéndome salir de mis pensamientos.

— ¿Eh?, Si — me conteste sin siquiera saber que me había preguntado.

Mario me besó y luego me abrazó de la Cintura pegandome a su cuerpo.

Keanu llegó y bajo del auto de mi padre.

Se nos quedó mirando y en específico a Mario.

— _____ ¿No tienes cosas que hacer?— dijo acercándose a nosotros.

— ¡No!— le contesté seca.

— ¿Te paso a buscar en la noche?— me preguntó Mario.

— Si — le respondí y el sonrió.

— No puedo esperar a tenerte en mi departamento— mencionó como si su mensaje tuviera un doble sentido y luego le guiño el ojo a Keanu.

Me dió un fugaz beso y se subió a su moto, luego desapareció.

—¿Irás a su departamento?— me preguntó Keanu y frunció el ceño.

— Si, pero no es asunto tuyo — le contesté y me metí a la casa.

Mi padre había salido a comprar unas cosas, al parecer había conocido a una mujer y me gustaba verlo contento, así que hoy haría una cena para ella.

Quería dejarles el lugar libre así que iría con Mario.

Pero... Al parecer Keanu tenía otros planes.

Keanu me tapo la boca y me cargo como si yo no fuera más que un saco de papás. Me subió a la Ducati y antes de que pudiera bajarme o gritar el se subió y encendió la moto.

Me coloqué el casco sin remedio. Insulte a Keanu pero mis palabras eran difíciles de entender gracias al casco y al viento, así que parecía que sólo balbuceaba.

Llegamos a un lugar apartado y Keanu se detuvo. Bajó y luego trato de ayudarme pero me rehúse, así que al bajar me tropecé comí pasto pues mi rostro fué a dar al suelo.

Él me ayudó y se le salieron unas cuantas risitas, lo empujé y el se llenó de tierra, me reí y luego nos levantamos. Recordé que estaba molesta con el y le dí la espalda.

<<Me había secuestrado>>

—¿Dónde estamos?— le pregunté dándole la espalda.

— Suelo venir aquí cuando necesito despejar mis ideas— contestó.

Caminé adentrándome en el lugar y encontré un senderos hecho de piedras, la seguí y al final había un lindo arrolló, el agua era azúl Claro y estaba completamente sereno.

Realmente era hermoso. Varias flores acuáticas crecidas a su al rededor y los rayos del sol hacían que se convirtiera en un espejo resplandeciente.

— Es...es HERMOSO— dije mientras me deleitaba apreciando el lugar.

Keanu se sentó en el suelo y reposó sus brazos en el césped.

Me senté a su lado sin quitar la vista en el arrolló y me acomode en el césped.

— ¿Te gusta?— Preguntó y asentí.

— Quitando el hecho de que me has traído aquí secuestrada, si...si me gusta— le contesté y el río.

— Lo siento, creo que se me ha convertido en una costumbre.

— Me confundes— me giré para verlo y el bajo la mirada.

— lo sé— contestó sin mirarme.

—¿qué es Lo Nuestro? Por ahora, al menos, es una especie de complicidad frente a otros, un secreto compartido, un pacto unilateral. Naturalmente, esto no es una aventura, ni un programa ni -menos que menos- un noviazgo. Sin embargo, es algo más que una amistad. — le dije y entonces me miró.

Pude ver la confusión en su mirada una lucha  interna que me agobiaba. Los ojos no saben guardar secretos.

— Si tan solo supieras que mi mundo se detiene cada vez que me miras…— contesto en un hilo de voz.

— Camina conmigo— le dije y me levanté.

Le extendí la mano y el la aceptó, le ayude a levantarse y comenzamos a caminar a la orilla del arrolló.

Con Keanu podíamos estar en silencio, sin buscar tema de conversación, el sólo tenernos el uno al otro era la compañía más grata y no necesitábamos nada más.

Tal vez no tenga una foto contigo, o hayamos salido al cine una vez y mucho menos me tomas de la mano al caminar por la calle, pero tu y yo sabemos que lo de nosotros es mucho más fuerte y bonito que cualquier otra cosa

Muchas veces creemos que la vida nos dice "No" cuando en realidad nos quiere decir "Espera".

Mi móvil comenzó a vibrar y lo saque, noté que tenía varios mensajes de Mario pero los deslicé para retirarlos de la pantalla principal y guardé nuevamente el móvil.

—¿No piensas contestar?— me preguntó Keanu.

— No, prefiero disfrutar de la naturaleza...

Llegamos a un tronco que había pegado al agua y nos sentamos sobre el.

— ______, Nunca me dejes de querer, por favor, pase lo que pade— Keanu tomo mi mano y la entrelazó con la suya.

— Keanu, tú no quieres estar conmigo, pero tampoco quieres que esté con nadie— le conté al estilo Milhouse.

— Nunca pensé que podía amar a alguien como te amo a ti, pero creí que lo nuestro no haría daño a nadie pero no es así, te hace daño, me hace daño y le hace daño a la gente que queremos.

Acorte la distancia entre los dos y acaricié su mejilla, haciendo que cerrará los ojos al tacto.

— Seamos amigos ¿Vale?— dije y el abrió los ojos.

— Vale, pero...puedo tener una última cosa.— Preguntó con una media sonrisa.

—¿Qué cosa?

— Un último beso— sonrió.

Asentí y Keanu colocó sus manos en mi rostro, acunandolo entre sus palmas. Nos besamos, primero lento y luego apasionado como si nuestra vida dependiera de ello, como si nuestra sed quisiera ser saciada y nuestro calor buscará ser apagado.

Nos despegamos y dejé de existir en ese momento cuando supe que ese había Sido el último beso que no se volvería a repetir.

Lo abracé con fuerza y hundí mi nariz en su cuello, y me embriague con el olor de su perfume, que producía en mí un efecto calmante, casi como si me inyectaran un sedante y todo mi sistema nervioso se relajará en cuestión de segundos.

Me encanta su olor, oír su respiración, me encanta tenerlo tan cerca. Él no tenía la culpa de que yo me enamorará,  no se daba cuenta de lo Perfecto que podía ser para mí corazón y mis ojos.

(...)

Después de un rato abrazados en silencio, Keanu y yo regresamos a la casa, mi padre no estaba, seguro había llevado a su amiga a otro lado.

Nos despedimos como dos amigos que hace tiempo que no se ven y no saben que decirse. Luego casa uno escogió un camino diferente.

Llegué a mi cuarto y cerré la puerta, pegué mi espalda a ella y me deslicé hasta llegar al suelo. Crucé mis piernas y acaricié mis labios con la yema de mi dedo índice.

Recordando... Revivo ese último beso en mi mente, como una cinta que de repite una y otra vez.

Sabía que él no era el indicado, pero era mi favorito.





Pasión Prohibida [Keanu Reeves y Tú] •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora