2-Knockin on Heaven's Door

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Cuatro días después.

Luego de que el contenedor se le vaciara encima a la agente Birkin, fue llevada de emergencia al mejor hospital de Berlín, el cual tenía un piso especializado en virología y tratamiento de infecciones.

Los últimos días un sin fin de doctores, enfermeros, cirujanos especializados en quemaduras, virólogos y profesores habían entrado y salido frenéticamente de la habitación de Sherry, con sus trajes esterilizados en perfecto estado, pero todos salían manchados de sangre hasta los tobillos.

Chris sabía que la chica era portadora de un virus especial capaz de regenerar cualquier herida, por más grave que fuera... Pero quizá no fuera suficiente en ésta ocasión.

Los últimos días se había quedado en la sala de espera, luego de que el último de sus hombres hubiera partido a casa.
El equipo Alpha tendría un descanso por un tiempo... Pero no él.
Él debía quedarse ahí... Pues había sido su culpa.

No dejaba de sentirse responsable por lo que sucedió, caminaba nerviosamente por los pasillos del hospital tratando de calmarse, y aún ahora seguía preguntándose ¿cómo pudo dejar que esto pasara?
Fue algo atroz que lo dejó profundamente perturbado, aún escuchaba los gritos desgarradores en su mente...

Ella tenía que sobrevivir, debía hacerlo, no sabía que haría si perdía a alguien más bajo su mando.

Chris estaba por ir a la habitación de hotel donde se hospedaba para darse un baño rápido y cambiarse de ropa, cuando el cirujano en jefe salió por fin del quirófano.

-¿Agente Birkin?

Preguntó mirando en todas direcciones.
Chris se levantó de un salto y se acercó al hombre.

-Si, aquí. No soy su familiar, pero soy su colega. ¿Cómo está?

El doctor no le respondió de inmediato, primero se quitó sus gafas, y dio un muy largo suspiro...

Entonces no hubo necesidad de decir nada, la mirada del médico lo expresaba todo.
A Chris se le formó un vacío en el estómago apenas escuchó:

-Lo lamento capitán Redfield...

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Al quinto día del accidente, Sherry por fin despertó.

Tenía una sensación de hormigueo en todo el cuerpo, estaba aturdida y adormilada por la morfina y la bruta cantidad de medicamentos que le suministraban vía intravenosa.
Pero poco a poco comenzaba a reaccionar, a volver a la realidad.

-Carajo...

Masculló por lo bajo, su voz sonó ronca y amortiguada.
Intentó abrir sus ojos, pero solo vio un constante y abismal color negro.

Escuchó que alguien se movía cerca de ella, alguien se levantó apresuradamente y se acercó.

-Hey hey, está bien, estás bien.
-¿Chris... Eres tú?
-Si Sherry.

Intentó incorporarse, pero Chris la detuvo.

-Oye tranquila, seguimos en Berlín, estamos a salvo, lo peor ya pasó.
-¿Lo peor...? ¿Qué rayos sucedió...?

Poco a poco, la sensibilidad regresaba a sus manos y al resto de su cuerpo, era como si la sangre apenas le corriera por las venas, y le sirvió para sentir que sus ojos estaban cubiertos por una venda de tela negra, eso debía ser lo que no la dejaba ver.

-¿Por qué tengo esto en la cara?

Intentó quitárselo, quería ver el lugar donde se encontraba, pero Chris la detuvo nuevamente.

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