Heaven's Night

32- KILLERS

La camioneta blindada daba tumbos mientras se esforzaba por seguir avanzando a través del sinuoso camino de tierra y lodo, que no hacía más que empeorar con la lluvia. Después de media hora de camino ya estaban por llegar, lo sabían por las luces de la mansión que eran cada vez más claras, brillaban en la cima de aquella colina, como un fantasma maldito de la mansión Spencer en las montañas Arklay.

A nadie le gustaba aquella visión...

Cuando el Jet de Ada despegó, y lo único que los agentes pudieron hacer fue ver como se marchaba, mientras se ayudaban a levantar unos a otros, Jill pensó que jamás se había sentido tan impotente. Todos recibieron una buena paliza, tanto que Barry tuvo que ayudar a Chris a levantarse, y al parecer Jake le había dado un mal golpe a Leon, ya que éste tosia sangre de forma descontrolada...

Pero ella, más allá del dolor físico, sentía los residuos de una angustia que la había congelado por un momento al ver los mismos ojos de Wesker en ese mercenario terco y arrogante, que durante semanas había estado cuidando de Sherry haciendo su mejor esfuerzo, y que muy seguramente la había enamorado. No sólo se parecía a él, también había heredado su sangre maldita...

Pero se obligó a espabilar, y en cuanto su pareja se recuperó llamaron a la central de la BSAA, y explicaron a grandes rasgos lo que había sucedido, y solicitaron un medio de transporte aéreo que fuerza capaz seguirle el paso a la espía...

No fue fácil, y tardaron más o menos el mismo número de horas en atravesar el océano y llegar a la provincia de China a donde los habían rastreado...

Y una vez que tuvieron la ubicación fija, Jill se puso en contacto con la división China y les ordenó que evacuaran los pueblos y villas aledaños a la posible mansión donde se escondía el terrorista.
La gente de China se mostró mucho más cooperativa que sus jefes, pues el gobierno no quería otro desastre como el del virus C, incluso les dieron permiso de aterrizar en una base del ejército, donde se armaron y recibieron vehículos terrestres...

Y ahora, a pocos momentos de volver a enfrentarse a Wesker... Jill se sentía perdida de nuevo. Su respiración era turbia, un sudor frío bajaba por su frente, y tenía un tic nervioso que la hacía mover la pierna de arriba a abajo sin control. Aunque tener a Chris, a Barry y a Rebeca revisando sus armas y municiones le trajo buenos recuerdos de cuando todos pertenecían a S.T.A.R.S, y deseaba que las cosas no terminaran tan mal como aquella ocasión...

De pronto, sintió una mano que se cerró sobre la suya con firmeza, cosa que la hizo detener su tic.

-Hey, ¿estás bien?

Le preguntó Chris, quitándose sus audífonos tácticos, con los que seguramente estaba hablando con Leon y su hermana.
Su ojo izquierdo seguía estando completamente rojo por el coraje que hizo en el hospital, a Jill aún le preocupaba su presión arterial.
Se esforzó en poner una débil sonrisa.

-Si... Estoy bien.
-Hace un momento parecías ida, no has dicho casi nada desde... Lo que pasó en el estacionamiento.

La mirada de Jill volvió a arrastrarse al suelo, y Chris suspiró.

-Si no quieres hablar conmigo sobre lo que pasó ahí, puedo cambiar de asiento con Rebeca.
-No, no es eso Chris, es solo que... Dios, no sé ni que diablos pensar de todo eso.

Dijo, sosteniendo su pistola con manos temblorosas, su frente seguía cubierta de sudor.

-Cuando... Estaba en el estacionamiento, y mi mente se comenzó a nublar después de que me clavó esa maldita cosa en el pecho, sentí miedo, una, una oleada de terror instintivo tan profunda que me hizo reaccionar, me hizo correr más rápido que él. Y cuando logré escapar por el ascensor las piernas dejaron de responderme, y casi me desmayé por la taquicardia... Fue miedo Chris, como pocas veces lo he sentido en mi vida... Y luego volví a tener esa misma sensación en el aeropuerto, cuando los ojos de Jake cambiaron. Creí que ya lo había superado, el ver a su padre en él quiero decir... Ya no sé qué diablos pensar, estoy harta de todo esto, ya me cansé de que su sombra me siga persiguiendo a pesar de que han pasado tantos años...