27- Silver Moonlight

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El auto de Ada viajaba a una velocidad temeraria y endemoniada por las solitarias avenidas, a aquellas horas de la noche las principales venas de la ciudad habían quedado frías y abandonadas. Tenían suerte, ya que ningún auto patrulla los había visto hasta ahora, y si alguno los había visto, entonces no pudieron alcanzarlos.

Jake constantemente monitoreaba los signos vitales de Sherry desde el asiento del copiloto, midiendo su pulso y verificando su temperatura cada ciertos minutos, asegurándose de manera ansiosa que no dejara de respirar.
Que su corazón siguiera latiendo.

-Resiste un poco más super chica... Sé que puedes hacerlo.

Le dio ánimos con la ingenua esperanza de que pudiera estarlo escuchando. Y Ada lo miró de reojo antes de derrapar en una curva peligrosa.

-Quita esa cara, ya casi llegamos al aeropuerto.

Jake apretó la mandíbula, evitando responderle.

-Deberías concertrarte en el camino...

No le gustaba que lo interrumpieran cuando estaba sumergido en sus pensamientos...
Jake se estaba dando unos minutos para reflexionar sobre lo que estaba a punto de hacer, de prepararse mentalmente, algo que tal vez nunca había hecho.
Cuando era un mercenario desalmado de Europa Oriental las horas antes de cualquier misión o tiroteo siempre eran iguales para él, vacías y aburridas, no le provocaban emoción ni preocupación alguna, no pensaba que algo podría salir mal, o tal vez si, pero no le importaba.
"Si he de matar a todos mis enemigos, entonces ganaré una buena pasta, y si ellos han de matarme a mi, pues moriré y ya está".
Era así de simple, tomaba su vida demasiado a la ligera, y tal vez esa falta de temor por la muerte fue lo que lo hizo sobrevivir en cada una de las veces que saltó a una balacera.

Pero esta vez era diferente, esta vez no era una simple misión de matar o morir. No podía fallar.
No había dinero involucrado, ni el control de una región, ni siquiera debía luchar para mantener su reputación y orgullo... Pues todo lo que a Jake le importaba en este mundo estaba en sus brazos, y estaba muriendo.

Suspiró, y de nuevo puso sus dedos debajo de la fría nariz de Sherry.
Aún respiraba.

-Si no puedo conseguir la muestra del virus...
-La vas a conseguir.
-Pero si no puedo...
-Jake cierra la boca, lo vamos a lograr.
-¡Maldita sea escuchame! Si algo sale mal quiero que robes la muestra y te lleves a Sherry, yo contendré a Wesker, haré todo lo que pueda para cubrir su escape. No importa el costo.

Ada lo miró seriamente, pero volvió a poner los ojos en el camino con un suspiro pesado.

-¿Esa chica es tan importante para ti como para quedarte atrás por voluntad propia? Pensé que los mercenarios eran más listos.

Jake la miró con el ceño fruncido.

-No lo entenderías Ada... ¿Alguna vez has amado a alguien con tanta intensidad, que se termina convirtiendo en tu mundo entero?
-No.

Contestó la espía sin dudar, y el mercenario río con sorna.

-Debi saberlo... No se por qué me sorprende teniendo en cuenta todas las cosas crueles que te he visto hacer... A veces pienso que no eres humana.
-Si no fuera humana, tendría tentáculos y colmillos.
-Sabes a qué me refiero... Te conozco desde hace años, y nunca te he visto triste, o feliz, o furiosa, no expresas nada, y llega a ser molesto. Debió pasarte algo muy malo para cambiarte, y convertirte en lo que eres.

La expresión de Ada se volvió dura, y tardó un poco en contestar, parecía que se estaba replanteando la imagen que tenía sobre si misma.

-A diferencia de lo que pueda pensar el resto del mundo, los monstruos existían mucho antes de Umbrella y Raccon City...

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