12-Warmness On The Soul

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El viaje a casa fue sumamente silencioso, e incómodo.
Jake actuaba como si nada hubiera pasado, ignoraba las miradas tensas y cargadas de cautela que le dirigía Jill por el retrovisor, simplemente se recostaba sobre el respaldo y cerraba los ojos.
Nadie era más frívolo y desinteresado que Jake en estas situaciones.

Sherry tal vez iba dormida, tenía su cabeza recargada sobre el ventanal y respiraba suavemente, ya que todavía se cansaba con muchísima facilidad

Y Chris tenía una expresión dura, apretaba el volante con tanta fuerza que sus nudillos ya estaban blancos, pues mientras Jake y Jill tuvieron su pequeña plática en la oficina de objetos perdidos, Sherry le contó todo lo que sucedió en las últimas semanas.

Incluyendo las llamadas con Leon y Claire... Y hablando sinceramente, estaba furioso.

No habló con ninguno de los dos por todo el papeleo que tuvo que hacer cuando regresó de Alemania, dio por hecho que su amigo y su hermana se habían enterado por cuenta propia, es decir, ¡son amigos cercanos de Sherry! ¡La conocen desde que era una niña! Y aún así...
Estar furioso era poco... Era momento de hacerle una visita a cada uno de ellos.

-¿Jake?
-Aquí estoy super chica.
-¿Ya llegamos?
-Estamos cerca, ¿ya tienes hambre?
-Un poco...

El estómago de Sherry gruñó de forma escandalosa, incluso provocó que los dos agentes la miraran por el retrovisor.
El calor se le subió al rostro, y bajó la mirada apenada.

-L-lo siento...

Jake soltó una carcajada.

-¿Por qué te disculpas? A todos nos da hambre. ¿Qué se te antoja comer?

Jill prestó especial atención a sus gestos, el mercenario se acercó a Sherry y giró su cuerpo hacia ella.
Toda su atención estaba en esa chica.

-Mmm... ¿Pizza?
-Vale, pizza.
-No no, mejor hamburguesas.
-De acuerdo...
-¡No, ya sé! Se me antoja comida mexicana.
-Sherry, decídete por una sola cosa.

Le cortó Chris, pero Jake de inmediato intervino.

-Hey hey, déjala que pida Redfield. Si eso quieres entonces comeremos pizza, hamburguesas y comida mexicana, yo también tengo hambre.
-¿Y algo de chocolate para el postre?
-Se puede arreglar.

Sherry sonrió de oreja a oreja, le gustaba eso, se sentía bien tener a alguien que se preocupara por ella y le cumpliera lo que quisiera, como si fuera una niña.
Ella nunca tuvo infancia, desde pequeña tuvo que aprender a prestar atención a cosas más importantes que jugar, imaginar, y disfrutar su niñez.
Y la verdad no pedía mucho, tampoco quería abusar, pues para ella el interés que Jake le daba era suficiente.

La camioneta se detuvo frente a la casa de Sherry, y Chris quitó el seguro de las puertas.

-Listo, llegamos.
-Gracias Chris...
-Hablé con unos conocidos de camino acá, habrá una patrulla y un auto encubierto de la BSAA cuidando tu casa en todo momento. Los muchachos del equipo Alpha se ofrecieron voluntarios, y yo también vendré de vez en cuando.
-No hace falta que que vengas muy seguido Redfield...

Dijo Jake bajando de la camioneta.

-No le hagas caso Chris, será un gusto tenerte por aquí, a ti también Jill.

El mercenario abrió la puerta de Sherry, y esta le dio los brazos para que pudiera cargarla.

-De verdad gracias por todo, mañana te pagaré lo de la fianza, lo prometo. ¡Adiós Jill!
-Hasta luego...

Miraron en silencio como Jake entraba en la casa, cargando a Sherry con una mano y sosteniendo la silla de ruedas con la otra.
No era muy difícil, ya que la chica se aferraba a su cuello, y no pesaba casi nada.
Incluso después de que la puerta se cerrara detrás de ellos, la pareja de agentes se quedó donde estaban, procesando lo sucedido en las últimas horas.

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