37- Reignite

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La mente de Sherry luchaba por volver de la inconsciencia, se sentía entorpecida por la lentitud con la que reaccionaba y lo nublados que tenia los sentidos, pero entre la bruma que se acumulaba en sus ojos, y que poco a poco se disipaba, logró vislumbrar una silueta, una que, conocía de algún lugar.

-¿Jake?

Aventuró, y escuchó como el mercenario se quedaba sin aliento y la estrechaba más hacia él.
Estaba mojado, ¿por qué estaba mojado?

-Volviste...

Susurró en un hilo de voz, la abrazaba cuidadosamente, con brazos tembloroso y magullados, jamás lo había escuchado tan aliviado, parecía que su voz se quebraría en cualquier momento.
Pero su voz no era la única que escuchaba, a su alrededor había otros más que, al igual que él, suspiraban de alivio, incluso escuchó que un hombre reía casi con júbilo, esa parecía ser la voz de Leon.
La débil vista de Sherry fue adquiriendo más nitidez, y por primera vez desde aquella maldita tragedia, pudo ver el rostro que tantas veces había imaginado y recordado...

Pero el rostro duro del mercenario tenia un monton de cortes y golpes en la piel, y lo que lo empapaba no era agua, era su sangre.

-Jake, ¿qué te pasó?

Preguntó asustada, tocándolo con su mano esquelética, manchando sus dedos de rojo carmesí.

-Jake, ¿todavía puedes correr?

Preguntó Leon a su lado, y además de él vio a Claire, y a Barry, a Rebecca, y todas sus miradas se alternaban entre ellas y algo que tenían en frente. El lugar en el que estaban no lo había visto jamás, parecían estar metidos en un lío. Mierda, ¿qué había pasado mientras estaba inconsciente?

-Si.
-Bien, llevate a Sherry, quiero que corras y no mires atrás, cubriremos su escape.
-Cuando fui por la munición usé la radio de la camioneta para pedir refuerzos, enviarán un helicóptero para rescatar a los sobrevivientes, tal vez ya estén cerca, si puedes llegar a la azotea podrán salir de aquí.

Intervino Billy.
Un helicoptero... Otro pequeño rayo de esperanza.

-Ya oíste Jake, sacala de aquí.
-No necesitas decírmelo dos veces Kennedy, ¡buena suerte!

Jake tomó a su super chica con firmeza, pegando su cabeza a su pecho y rodeando su delgado cuerpo con su brazo, se levantó de un salto y corrió hacia la entrada de la mansión, ignorando el dolor de sus heridas y sus huesos maltratados.

Apenas puso un pie de vuelta en el pasillo, Nemesis y Mr. X trataron de perseguirlo, pero los agentes abrieron fuego y se les tiraron encima, comenzando con la última batalla, el último intento desesperado por detener a Wesker.

-¿¡Qué!? ¡Espera Jake! ¿Por qué corremos? ¿¡Qué está pasando!?
-No es momento para explicaciones, ¡sujetate bien!

Corrió, y siguió corriendo hasta que sus desaparecieron en la distancia.
Pero Wesker no dejaría que un solo testigo escapara con vida de la mansión, ni siquiera si se trataba de su hijo.

-Ve tras ellos, pero deja a la chica con vida, aún me sirve.

Mr. X dio media vuelta y se dirigió al mismo pasillo por el que se había ido Jake.

-¡Ah no, no lo harás!

Chris y Billy trataron de frenarle el paso, pero Nemesis se les adelantó y de un golpe contundente con su gatling ya sin munición los devolvió al centro de la sala.
La cuenta regresiva seguía corriendo, pero con cada minuto que pasaba, Wesker se impacientaba cada vez más, lo único que quería era ver los cadáveres de los agentes a sus pies, y el efecto de su mejorado Uroboros ya había pasado hace rato.

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