Capítulo 1: Mudanza.

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Mi nombre es Robin Buckley, tengo 20 años, soy hija única y actualmente vivo en Hawkins.
Llegué hace tres días y con mis padres aún estamos desempacando nuestras cosas de la mudanza para comenzar a darle forma al que será nuestro nuevo hogar.

Con esto del cambio de casa he estado muy ocupada y no he tenido tiempo para recorrer los alrededores de nuestra vivienda, así que decidí dar una vuelta para caminar y así conocer un poco.

–Mamá, papá, iré a dar una vuelta, luego seguiré ordenando las cosas de mi cuarto.–dije acercándome a ellos, los que estaban bajando cajas del auto para llevarlas dentro de la casa.

–¿Pasa algo?–dijo mi mamá preocupada.

–No, tranquila, solo iré a caminar y así aprovecho de conocer un poco donde viviremos.–respondí.

–Bien, no llegues muy tarde.–Dijo ahora mi padre, a lo que asentí.

Fui a buscar algo para abrigarme, el día estaba nublado y sentía que en cualquier momento iba a llover.

Metí mis manos en los bolsillos de mi chaqueta y comencé a caminar.

Miré el cielo por un momento, estaba gris.

[...]

Luego de un rato caminando, vi una casa que me había llamado bastante la atención, era muy bonita y se veía bien cuidada, me preguntaba quién o quienes podrían vivir ahí. Decidí cruzar para verla de más cerca, pero cuando iba a hacerlo, la bocina de un auto me asustó, casi iba a ser atropellada, me quedé quieta por el susto y el corazón me latía muy rápido, había sido totalmente un error mío al no haber mirado a cada lado antes de cruzar.

–¿Estás bien?–preguntó la persona bajándose del auto.

Me quedé en silencio.

–¿Te he hecho daño?–volvió a preguntar.

–Ni siquiera alcanzaste a tocarme pero... lo siento mucho.-dije despejando mi mente. Miré por fin a aquella persona y era una chica, pelo largo, castaño, casi de mi estatura, ojos verdes y debía tener la misma edad que yo.

–No te preocupes, también te pido perdón, no iba muy concentrada y no vi que ibas a cruzar.–hizo una pausa.–vivo justo aquí enfrente, si quieres entras y te tomas un vaso de agua o lo que quieras, veo que aún estás en shock.

La chica había señalado la casa que justamente yo iba a mirar. Y la verdad si, mi corazón seguía latiendo rápido y sí estaba en shock.

–Es un poco tarde, creo que mejor me voy a mi casa y tranquila, se me pasará en el camino.–dije tímidamente.

–Si quieres luego te puedo ir a dejar en mi auto, no puedes irte así, estás temblando y además se ve que va a llover.

–Está bien, gracias.–respondí.

Ella estacionó su auto frente a la casa y bajó.

Sacó las llaves de su bolso y me invitó a que entrara.

–Aún no me he presentado, mi nombre es Clarity.–estrechó su mano con una sonrisa.

–Robin.–estreché mi mano de igual forma.

Me quedé en la entrada viendo cada detalle de la casa.

–Ven, toma asiento, Robin, yo iré a buscarte un vaso con agua.–dijo la chica para luego marcharse.

Me senté y me fijé en lo linda que era su casa, se veía muy acogedora.

Estaba todo tan ordenado y tan bien decorado.

That's my girl | Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora