Capítulo 31: Confesiones dolorosas.

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|Robin|

Al abrir la puerta me quedé paralizada, Clarity lucía guapísima.

–Hola... estás hermosa.–me dijo con una sonrisa.

–Tú sí que estás hermosa.–respondí mordiéndome el labio, ella sonrió y noté un leve sonrojo en sus mejillas.

Me hice a un lado para dejarla entrar y a los segundos apareció mi madre.

–Hola, señora Buckley.–saludó Clarity de forma tímida.

Se notaba que Clarity estaba nerviosa, sólo sonreía. Y la verdad es que yo también lo estaba, esperaba que saliera todo bien.

–Adelante, siéntete cómoda.–le dijo mi madre con una sonrisa.

–Gracias.–respondió Clarity.

Le tomé la mano y nos fuimos al comedor. La mesa estaba lista y sólo faltaba mi padre, ahora mis nervios aumentaban.

–Iré a buscar a tu padre, ¿estás lista, cariño?–me preguntó mi madre.

Miré a Clarity y ella asintió.

–Si.–respondí con seguridad.

Salió del comedor para ir a buscar a mi padre, tal como había dicho.

–¿Cómo te sientes?–le pregunté.

–Un poco nerviosa, pero estoy contigo, así que todo está bien.

Sonreímos ambas.

A los segundos llegaron mis padres, mi madre se sentó frente a nosotras y mi padre al ver a Clarity se puso muy serio.

Me gustaría poder leer mentes para saber lo que piensa.

–Te presento a la novia de tu hija.–le dijo mi madre al no obtener respuestas de parte de él.

–Mi hija no tiene novia.–respondió él, sentándose a la mesa sin dejar de mirar a Clarity con odio.

–¿Podrías al menos intentar conocerla? Dale la oportunidad, hazlo por el amor que supongo que me tienes.–dije tranquila, no quería que mi novia presenciara una discusión el día en que la presenté como mi pareja a mis padres.

–¿Y tú acaso no pensaste en nosotros como padres al decidir que te gustan las mujeres?–dijo él.

Sus palabras me dolieron, pero como dije, me mantendría tranquila y tomaré la situación con calma.

–Es algo que yo no decidí, sólo pasó, pero te pido que me entiendas, por favor, no sabes lo importante que es para mí esto.

Se quedó en silencio, probó la comida y bebió un poco de vino.

Se sentía una tensión enorme en el ambiente.

Clarity estaba en silencio viendo la escena, aún no comía, al igual que yo.

–Robin sólo te está pidiendo que la entiendas, haz un esfuerzo por ella, es tu hija.–le dijo mi mamá.

Mi padre la miró y volvió a comer de su plato.

–Te estoy pidiendo algo simple, sólo quiero que la conozcas, ojalá pudieras conocerla de la forma en que yo lo hago, es una persona hermosa y muy buena, además me hizo creer en el amor nuevamente.

–¿Nuevamente?–preguntó él.

–¿Harías eso por mí?–dije ignorando su pregunta, no quería tocar ese tema.

–Clarity, ¿qué edad tienes?–le preguntó mi padre viéndola.

Mi madre y yo sólo nos miramos por la pregunta que le hizo.

–Veintiuno.–respondió ella.

–¿Hace cuánto vives en Hawkins?

–Yo nací aquí, así que se podría decir que toda mi vida.–sonrió.

–¿Y qué te enamoró de Robin? Porque supongo que estás enamorada...

–Así es, estoy enamorada.–me miró con una sonrisa.–bueno, de ella y de su forma de ser, Robin es muy inteligente, madura, dulce, fuerte, hermosa, y bueno, tengo miles de características más para describir lo que me enamoró de ella, ha sido un pilar fundamental en mi vida y no podría estar más agradecida de haberla conocido.

Mi madre la miraba con una sonrisa mientras hablaba.

–Me alegra escuchar eso, no quiero que le rompas el corazón, Robin es nuestra única hija y no me gustaría verla sufrir por amor.

Bajé la cabeza y al instante me levanté de la mesa para subir las escaleras corriendo.

Todos los recuerdos se hicieron presentes en mi mente con las palabras de mi padre.

Llevo ocultando este dolor por tanto tiempo y pensé que era un tema superado, pero creo que aún la herida no ha sanado.

A los segundos sentí la puerta abrirse.

–¿Estás bien?–preguntó Clarity con preocupación.

–Si.

–Pero estas llorando, algo pasa y no me digas que nada.

–No me gusta que me veas así...

–Y a mi no me gusta verte así, dime qué pasa.

Me quedé en silencio.

–Robin, mírame.–tomó mi cara para que la mirase.–puedes confiar en mi.

Respiré hondo, sequé mis lágrimas y en un momento dudé en contárselo, pero la verdad es que necesitaba sacarme este peso que he llevado 3 años encima.

–No sabes lo difícil que es para mí hablar sobre esto, vas a ser la primera persona a la que se lo cuento y es algo fuerte, algo que me duele hasta el día de hoy.

–Puedes contármelo, yo nunca te voy a juzgar.

Volví a tomar aire.

–Bueno, no sé si recuerdas que en la mesa dije que me habías hecho creer en el amor nuevamente.–la miré y ella asintió.–Bien, pues a los 17 años fue la primera vez que me sentí atraída por una chica, fue algo mutuo... estuvimos juntas a escondidas por unos meses, ni sus padres ni los míos sospecharon de lo nuestro ya que solo éramos adolescentes y "mejores amigas" que se querían mucho, hasta que un día ella tuvo un accidente, estuvo en el hospital y a los pocos días después nos informaron que había fallecido, mi vida se fue abajo, en verdad la quise y creí que era algo que había superado, pero no es así.

That's my girl | Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora