That's my girl | Robin Buckley

Capítulo 30: ¿Cena en familia?

|Robin|

Ya había terminado la hora de trabajo. A la salida me junté con Clarity para ir a casa y tenía algo muy importante que contarle.

Era sobre lo que había pasado el día anterior con mi padre, quería contárselo y desahogarme con ella ya que también la involucra de cierta forma.

Nos encontrábamos dentro de su auto, ya estábamos listas para ir a casa.

–Tengo algo que contarte.–tomé su mano antes de que partiera.

–Lo que quieras.

–Ayer mi padre se enteró de lo nuestro, encontró una nota que me habías escrito y se enfureció de una forma en la que nunca lo había visto.

–¿En serio? Debe odiarme.

–Lo bueno es que tenemos el apoyo de mi madre al cien por ciento, de hecho, ella intentó hacer entrar en razón a mi padre y se sintió muy orgullosa de lo valiente que fui al enfrentarme a él.

–¿Y cómo te sientes?–acarició mi mano.

–Siento que me liberé, me ponía mal estarle mintiendo y ahora me siento mejor que nunca, porque además estoy con mi persona favorita.

–Te admiro tanto.

La miré a los ojos y sonreí, ella se acercó a mi y me besó.

[...]

Entré a mi casa y allí estaba mi madre leyendo un libro en el sofá.

–Hola, mamá.–la saludé.

–¿Me puedes explicar dónde estabas y por qué desapareciste ayer en la noche?–dijo algo molesta.

–Me sentía mal por lo ocurrido, así que pasé la noche en casa de Steve y nos fuimos juntos al trabajo, siento no haberte avisado, pero necesitaba distraerme.

–No quiero que lo vuelvas a hacer sin avisar, me preocupé mucho.

–Lo siento, pero ya estoy bien.–dije sonriendo inconscientemente.

–Veo que te viniste con Clarity, oí su auto.

–Así es, estamos juntas nuevamente.–no podía con la felicidad que sentía.

Se levantó del sofá y caminó hacia mí para abrazarme.

–Me alegro mucho, se te ve feliz y eso me gusta.–dijo sonriendo.

–Estoy muy feliz, gracias por tu apoyo, mamá.

–Oye, ¿que te parece si la invitamos a cenar?–preguntó ella.

–¿Y qué hay de papá? No quiero que comience con su discurso o la trate mal.

–Le daremos la oportunidad de conocerla.–dijo acomodando mi pelo.

–¿Estás segura? No sé si sea una buena idea, tú viste como estaba ayer de furioso.

–Yo también quiero conocer a la persona que tan feliz está haciendo a mi hija, al menos hazlo por esa razón.