Capítulo 34: No estoy lista.

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|Robin|

Después de que Clarity se fue, la tarde fue muy aburrida, pero me sentía inmensamente feliz por lo que había pasado la tarde anterior, y bueno... también en la noche.

[...]

Al día siguiente, me desperté muy temprano para alcanzar a darme una ducha, vestirme y desayunar, Clarity pasaría por mí así que debía estar lista.

–Buenos días cariño.–dijo mi madre al verme aparecer en la cocina.

–Buenos días, ¿donde está papá?–pregunté.

–Lo necesitaban muy temprano en el trabajo así que tuvo que partir antes.–hizo una pausa.–¿desayunamos juntas?

Asentí con una sonrisa.

Di un sorbo al jugo de naranja que había preparado mi madre y luego le di una mordida a mi tostada.

–¿Te irás con Clarity al trabajo, verdad?–preguntó.

–Así es, pasará por mí luego.

–Me alegra verte feliz, se nota que ella es una buena chica y que la quieres mucho.

Sonreí inconscientemente al pensar en ella.

–Créeme que si.

–Robin... quiero saber por qué nunca nos quisiste contar sobre Lexi, sé que fue algo muy difícil para ti y pasaste por eso tú sola, yo te hubiese dado mi apoyo, no puedo imaginar el dolor que sentiste.

–Lo hice porque creí que ustedes no lo iban a entender, la pasé muy mal, perder a una persona que tanto quieres, como a una pareja, es horrible...

–Pero ahora sabes que aquí estamos.

–Gracias, mamá.–sonreí.

Ya había terminado de desayunar, estaba lavando mi vaso cuando oí a Clarity llegar.

–Adiós mamá, ya llegó Clarity por mi.–me despedí de ella.

–Adiós, que tengas un buen día.

Tomé mis cosas y abrí la puerta.

–Buenos días a la chica más hermosa de Hawkins.–dijo abriendo la puerta de su auto.

–Te equivocas, esa eres tú.–dije subiéndome.

La besé en los labios.

–¿Estás lista?–preguntó, a lo que asentí con la cabeza.

En el camino a Starcourt pusimos música, ambas cantábamos y hacíamos el ridículo. Tenía la esperanza de que hoy por fin iba a ser un buen día.

[...]

Al llegar, Clarity insistió en dejarme en la heladería, así que caminamos juntas.

En un momento sentí su mano tomar la mía, pero al notar que había mucha gente alrededor la solté.

Ella me miró.

–Lo siento.–dije viéndola entristecida.

No me respondió.

Así fue mientras caminábamos. Me sentía mal al no atreverme a tomar su mano en público, el miedo al qué dirán aún es un tema para mí.

He visto casos de personas que han sido agredidas sólo por el hecho de demostrar su cariño en público.

Lamentablemente hay gente que nunca entenderá que esto es sólo amor.

That's my girl | Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora