Capítulo 3: Starcourt.

5.5K 450 219
                                    

–Este lugar es muy bonito.–no sabía qué decir así que sólo pude soltar eso.

–Lo es, me transmite tanta calma.–respondió.

Ella miraba hacia delante fijamente mientras yo la veía embobada.

Era preciosa.

–¿Estás bien?–pregunté cuando vi que su rostro cambió.

–Si, sígueme, mejor te llevo al parque que prometí que te mostraría.–dijo caminando.

La seguí.

Sabía que algún recuerdo le había traído este lugar, pero no quería preguntar.

Con ella me sentía nerviosa y la verdad no sabía por qué.

Me gustaban las chicas. Si, hace mucho tiempo me di cuenta de eso, nunca he sentido atracción por un hombre y para ser sincera, no veía mi futuro con uno o teniendo hijos.

Eso es algo que nadie sabe. Es mi secreto, ni mis mejores amigos del instituto lo sabían, aquellos amigos que tuve que dejar en mi antigua ciudad.

Llegamos a un lugar donde habían patos, niños jugando y ancianos alimentando a las palomas. Sentí música a lo lejos, una batería y a alguien cantando. Era una canción que me gustaba mucho.

Comencé a tararear la canción y cuando Clarity se dio cuenta comenzó a reír.

–Si quieres nos podemos acercar.–dijo con una sonrisa.

Asentí y nos acercamos.

Era un grupo de jóvenes tocando en medio del parque, tenían muchos instrumentos y la persona que cantaba lo hacía muy bien, tenían talento.

[...]

Ya era hora de almorzar, así que Clarity me llevó a un restaurante de comida italiana que quedaba cerca. Cada una pidió un plato diferente, ella pasta y yo lasaña.

–Esto está muy bueno, ¿quieres probar?–pregunté a Clarity, que asintió con la cabeza.

Con su tenedor sacó un poco de mi comida y se lo llevó a la boca.

–Tienes razón, está muy buena.–sonrió.

Ella también me hizo probar de su plato, la comida estaba buenísima.

–Tienes un poco de salsa en la nariz.–dije riendo.

–¿En serio?–me miró sonrojada.

–Acércate.–dije tomando una servilleta para limpiarle.

Nos miramos a los ojos, ahora sentía que estaba sonrojada.

–Ya está.–me alejé.

–Gracias.–dijo riendo. Yo sólo pude soltar una risita nerviosa.

Seguimos comiendo y cuando acabamos, yo iba a pagar pero Clarity se negó.

–Yo te invité, por lo tanto yo voy a pagar.–dijo sacando el dinero de su bolso.

Tomé la cuenta para ver cuánto había salido nuestra comida y abrí mi boca para protestar.

–Pero...

–Robin, en serio.–me interrumpió.

No iba a discutir.

Salimos del restaurante y fuimos en busca de su auto. Al parecer ahora me llevaría a otro lugar.

–Ahora iremos al centro comercial, ¿te parece? Es muy grande, hay muchísimas tiendas de ropa y sé que te va a gustar.–dijo sonriendo.–además no queda muy lejos de aquí.

–Claro, vamos.–respondí.

Nos subimos al auto y Clarity comenzó a conducir.

En el camino hablábamos sobre cómo era mi antigua ciudad, entre otras cosas y de paso nos conocíamos un poco más.

–¿Y tienes novio? Digo, dejaste a tus amigos, parte de tu familia, pero... ¿hay alguien en tu corazón?

–La verdad no, no tengo novio y no sé si hay alguien que me guste en este momento.–reí nerviosa, no me esperaba que preguntara eso.

–¿Te puedo decir algo?–preguntó, a lo que me asusté un poco y mi corazón se aceleró.

Tragué saliva y asentí.

–Eres muy bonita y me pareces una persona curiosa, me dan ganas de conocerte más.–dijo viendo el camino.

Ahora sí que estaba roja, me vi por el espejo.

–Gracias.–dije para luego sonreír.–si quieres cuando volvamos a casa... me podrías ayudar... sólo si quieres... a... ver algunas cosas de mi habitación... ya sabes, a ordenar un poco y darle forma.–dije tartamudeando un poco.

–¡Me encantaría! Soy muy buena en todo lo que tenga que ver con decoración.–dijo animada.

–Me di cuenta, tu casa lucía muy bien.–la miré.

Ella también me miró por un momento, ambas sonreímos, pero la bocina de un auto hizo que Clarity se volviera a concentrar.

–¡Idiota! ¡Aprende a conducir!–gritó por la ventana levantando el dedo del medio al conductor que había pasado por nuestro lado, lo que me causó mucha risa.

[...]

Luego de unos minutos habíamos llegado al centro comercial, nos estacionamos y caminamos a la entrada.

–Robin, te presento Starcourt.–dijo tomando mis hombros por detrás para darme una vuelta y hacer que viera todo.

Era enorme.

–Entremos, hay muchas tiendas que sé que te gustarán.–dijo tomándome del brazo para que camináramos.

Al entrar me fijé en todo, en las luces, en cómo vestía la gente, en las tiendas... era realmente grande.

–¡Vamos a la cabina de fotos!-dijo Clarity con voz de niña y me tomó la mano para que corriera junto a ella.

Yo no era muy de fotos, la verdad no me gustaban, pero la estaba pasando muy bien con Clarity así que no me negué.

Cuando entramos, el espacio obviamente era muy pequeño y estábamos muy cerca.

En la primera foto salimos ambas con gafas de sol, en la segunda haciendo caras raras. En un momento miré a Clarity y ella a mi, así que en la tercera foto salimos ambas mirándonos a los ojos, era como una foto romántica, lo que hizo que me sintiera un poco nerviosa, pero en la cuarta y última foto, Clarity se acercó a mi y me abrazó de los hombros.

Esto de las fotos me comenzaba a gustar, obviamente por ella.

Las sacamos y las guardamos.

Tenía un presentimiento de que Clarity y yo llegaríamos a ser muy buenas amigas.

That's my girl | Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora