Capítulo 32: Bienvenida a la familia.

2.4K 224 93
                                    

|Robin|

No podía dejar de llorar cuando terminé de hablar. Era un tema que me afectaba mucho y que nunca me había atrevido a hablar con alguien por el estúpido  "qué dirán", y ahora que lo puedo decir, siento que todos los recuerdos se me vienen a la mente.

Sé que estoy con Clarity y que debería dejar ir a esa persona que tanto quise, pero era difícil. Además, no fue una persona la que nos separó, no fueron nuestros padres ni las opiniones del resto, sino que fue un maldito accidente, algo que nunca debió pasar.

Clarity me veía llorar y acariciaba mi espalda. Me sentía mal estar llorando frente a ella por esto, por algo que según yo debería haber superado hace tanto tiempo.

–Perdón... no debí haberlo contado.–sequé mis lágrimas y me levanté de la cama.

–¿Por qué no? Es algo que te afecta y duele, lo tenías guardado y eso no te hace bien, luchaste contra eso tú sola y necesitabas a alguien que te escuchara en ese momento, puedes hacerlo ahora y aquí estoy para escucharte.

–Pero esto debe ser incómodo para ti.

–No lo es, yo solo quiero que estés bien y si tengo que verte llorar y desahogarte, entonces lo haré, te escucharé y entenderé, porque elegí estar contigo y porque eres la persona más importante en mi vida.

–Gracias.–sequé mis lágrimas.

–Ven aquí.–me abrazó.

Sentía una mezcla emociones, rabia, tristeza, dolor, impotencia, pero a la vez sentía que me había quitado un gran peso de encima.

El abrazo de Clarity me había hecho sentir más tranquila al igual que sus palabras.

Me separé de ella y la miré a los ojos.

–Lo que dije en la mesa es cierto, me hiciste creer en el amor nuevamente... yo no pensé que después de lo ocurrido podría volver a estar con otra persona, es más, yo le hice una promesa a esa chica cuando falleció, dije que nunca volvería a estar con alguien, ¿pero sabes? Estoy enamorada de ti, de la forma en que te enamoras solo una vez en la vida, y pienso que ya es hora de dejarla ir.–dije tomando su mano.

–Robin, lo que siento por ti es tan fuerte que desearía poder protegerte de todo, que nadie te hiciera daño, que nadie te pasara a llevar, pero eso lamentablemente no está en mis manos, lo que tengo a mi alcance es entregarte todo mi apoyo y sobre todo, mi amor, porque eso es todo lo que siento por ti, amor.

Suspiré y me acomodé en la cama, ella hizo lo mismo, quedando frente a frente.

Acomodó mi cabello.

–¿Cómo puede ser que te ame tanto?–dijo acariciando mi mejilla.

–Lo único que sé, es que quiero estar contigo hasta que tú me lo permitas, estar a tu lado es olvidarme de los problemas, me haces tan bien, Clarity.

–Agradezco tanto haberte conocido.

Por un momento se me escapó una risita.

–¿De qué te ríes?–dijo viéndome con extrañeza.

–Me acordé del día en que nos conocimos, casi me atropellas.–reí.

–¿Cómo olvidarlo?–comenzó a reír al igual que yo.

–Me diste un vaso de agua con azúcar y te asustaste mucho.

–Pero si eso no hubiese pasado, no estaríamos juntas en este momento, en tu casa, en tu habitación, yo conociendo a tus padres...

–Mis padres.

–¿Qué pasa?

–Deberíamos bajar, se deben haber preocupado por la forma en que reaccioné.

–Está bien, vamos.

Nos levantamos de la cama y bajamos, ellos se encontraban aún en la mesa.

–Cariño, ¿estás bien?–preguntó mi madre con preocupación levantándose de la mesa.

–Si, estoy bien, tranquila.

[...]

Había pasado un largo rato. Ya habíamos comido y mi padre tal como había hecho con Steve el día que lo presenté como mi "novio", hizo un interrogatorio a Clarity. Ella respondía sus preguntas con amabilidad y de vez en cuando reían.

[...]

Ahora estábamos sentados en la sala de estar. Mis padres se encontraban sentados juntos frente a nosotras.

–Robin, ¿por qué te levantaste de esa forma de la mesa?–preguntó mi madre.

Clarity me miró y tomó mi mano.

–Deberías hacerlo.–susurró.

Tomé aire, no quería volver a llorar, debía mantenerme fuerte.

–No sé si recuerdan a Lexi, mi "mejor amiga" de cuando yo tenía diecisiete años.

–Lo recuerdo.–dijo mi padre.

–Bueno... ella fue mi novia, fue la primera vez que me sentí atraída por una mujer, no sé si recuerdan cuando fuimos a su funeral, yo ese día prometí que nunca mas volvería a estar con alguien, pero sólo tenía diecisiete años y no pensaba en que tenía una vida por delante y que no debía cerrarme a conocer más personas.

–¿Por qué nunca nos lo contaste? Dios, Robin, no me puedo ni imaginar lo que debe ser perder a una pareja, alguien que quieres tanto...

–No lo hice porque pensé que ustedes no lo entenderían.–interrumpí a mi madre.

–Pero pasaste por eso tú sola y has guardado ese dolor desde hace mucho.–volvió a hablar.

Mi padre estaba en silencio, lo veía pensativo.

–¿Ocurre algo?–le pregunté.

–Es sólo que... no conozco persona más fuerte que tú y estoy orgulloso de que seas mi hija, te quiero pedir perdón por no haberte entendido, yo sólo quiero lo mejor para ti y si quieres estar con Clarity, lo entiendo, después de haber escuchado esto no puedo imaginar el dolor que sentiste, me imagino que ningún padre debe estar preparado para escuchar que su hija es homosexual, más bien, a nadie le enseñan a ser padre y podría cometer miles de errores, pero el oponerme a que ames a alguien, jamás.–se levantó del sofá y se acercó a mí para abrazarme.–perdóname, te adoro y siempre voy a desear lo mejor para ti.

No podía creer lo que estaba escuchando, mi padre se estaba disculpando y entregándome su apoyo.

Cuando nos separamos, miró a Clarity con una sonrisa.

–Bienvenida a la familia y cuida de Robin, por favor.–le dijo con los ojos cristalizados.

Mi padre siempre se ha querido mostrar fuerte, pero en el fondo es una persona muy sensible.

–No llores, papá.–reí

–Lo siento, es que estoy muy arrepentido por haberte juzgado.

–Lo importante es que me diste tu apoyo, y tener el apoyo de mis padres es lo más importante para mí.

That's my girl | Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora