Capítulo 20: Esta vez paso.

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|Robin|

Clarity se había quedado en silencio y eso me ponía nerviosa, ojalá pudiera saber lo que piensa.

–De verdad, yo nunca te podría mentir.–dije en un susurro.

–No te creo, todo esto suena hasta infantil.

–Esta idea se le ocurrió a Steve, ¿qué más puedes pedir?

–Me cuesta creerte.

–Puedes tomarte el tiempo que quieras para pensar esto, pero quiero que sepas que nunca me había enamorado de una persona como lo estoy de ti y que te quiero.–fui sincera.

–¿Y cómo puedo saber si lo que dices es verdad?

–Te lo demostraré.

–Ahora harás tarjetitas con detalles y esperarás que yo siga pistas... no, esta vez paso.

No quería seguir insistiendo, ella no me iba a creer y cada palabra que salía de su boca me dolía cada vez más.

–Que tengas una linda tarde.–dije levantándome.

Comencé a caminar hasta la heladería sin mirar atrás y con un nudo en la garganta. Ella no me iba a creer y la verdad es que no la culpaba.

Cuando llegué, Steve estaba en la parte de atrás de la heladería almorzando.

–¿Pudiste hablar con Clarity?–preguntó Steve al verme entrar.

Mis lágrimas comenzaron a aparecer, me sentía tan mal.

Steve se levantó para abrazarme.

–Lo siento mucho, estoy muy arrepentido por lo que hice.–dijo acariciando mi cabello.

Las palabras de Clarity se repetían en mi cabeza. No sé si podré lograr que me perdone, pero estaría dispuesta a lo que sea para que así fuera.

[...]

Luego de que el descanso había terminado, me lavé la cara e intenté estar tranquila, no sabía que iba a hacer pero no me iba a quedar de brazos cruzados esperando que algo pase.

Me sequé la cara y salí para seguir atendiendo.

–¿Estás mejor?–preguntó Steve.

–No lo sé, ella no me quiere ver y fue muy hiriente con sus palabras, ojalá la hubieses escuchado... no sé lo que va a pasar ahora.–respondí.

|Clarity|

Después de que Robin se fue, me quedé allí viendo cómo caminaba y se alejaba, tal vez mis palabras fueron muy duras, pero era como me sentía.

Luego de un largo rato volví a mi puesto de trabajo sin haber comido algo, con tantas cosas que tenía en la cabeza era imposible tener hambre.

La hora de almorzar había pasado muy rápido y mi compañera ya estaba de vuelta.

–¿Por qué tienes esa cara? ¿pasó algo?–preguntó Ema.

–Discutí con una persona que quiero mucho.–dije bajando la mirada.

–Lo siento, espero que eso se arregle.–dijo de forma amable y con una sonrisa.

–Gracias.–sonreí sin mostrar mis dientes.

[...]

El resto del día fue muy aburrido, atender clientes, ordenar ropa... lo mismo de todos los días, solo que esta vez no tenía una razón para estar alegre porque terminó la hora de trabajo. Luego debía llegar a casa, estar sola lo que queda de día sin nada que hacer.

Me despedí de Ema y de otros compañeros más para irme a casa.

Y al llegar, me encontré con la sorpresa de que Steve estaba estacionado frente a mi casa.

–Maldición–dije para mí misma.

Me bajé y lo ignoré, no quería hablar con nadie, mucho menos con él.

Saqué las llaves y caminé a la puerta, Steve se acercó a mí.

–¿Podemos hablar?–preguntó.

–No.

–Quiero que me escuches, Robin te dijo la verdad, nosotros no estamos saliendo, todo fue un plan mío para que sus padres no sospecharan de su relación y ese beso fue solo un malentendido, debes creer...

–Dije que no quería hablar.–lo interrumpí.

–Robin es mi mejor amiga y también me afecta verla como está, ella está destruida, deja que te explique, no quiero que su relación acabe por mi culpa.

–¿Ella te dijo que vinieras a darme explicaciones?

–No, no sabe que vine y tampoco quiero se entere.

Mire hacia otro lado y di un largo suspiro.

–Escucha, esto es culpa mía, conozco a Robin y sé que ella nunca te haría daño, dale la oportunidad de que te explique todo esto, escucha lo que te tiene que decir.... Clarity, ella está enamorada de ti.

Me quedé pensativa por unos segundos.

–¿Qué harás?–preguntó al ver que yo no le respondía.

–No lo sé, necesito tiempo.

–¿Cuánto más? Ojalá la pudieras ver como la vi yo, ella lo está pasando muy mal.

–¿Y qué hay de mí? Ninguno de los dos pensó en mí cuando hicieron su estúpido plan de niños.

–Fue culpa mía, ¿bien? No te enojes con ella, yo la besé, yo creé el plan y me aproveché, lo siento.

–A ti te gusta Robin.

–Así es, pero nunca estaría en medio de una relación tan bonita como la de ustedes y para que te quedes tranquila, a ella sólo le gustan las mujeres y nunca se fijaría en alguien como yo.

–Steve, necesito que te vayas.

Ya no quería seguir hablando, quería estar sola.

–Me iré, pero por favor piénsalo, no te estamos mintiendo.

Abrí la puerta de mi casa y dejé mis cosas en el sofá.

Me di una ducha corta, ya eran las 20:00 hrs, pero estaba tan cansada que me puse pijama y bajé a ver televisión con la compañía de una tazón grande de helado de vainilla.

That's my girl | Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora