Capítulo 27: No soy la hija perfecta.

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|Robin|

–No hay nada que solucionar y no estoy confundida, pero no te preocupes por Clarity, ella y yo ya no estamos juntas.–dije a punto de llorar, pero no lo iba a hacer, no iba a llorar, quería ser fuerte y enfrentar la situación.

Nadie me iba a pasar a llevar con este tema, mucho menos mi padre.

–¡Eres psiquiatra! Abre los ojos, esto no está bien.–le dijo mi padre a mi madre, la que sólo observaba aquella escena.

–Robin tendrá mi apoyo en todo, si ella quiere estar con una mujer lo aceptaré, porque si eso es lo que la hace feliz, yo estaré feliz por ella.–le respondió.

Amo a mi madre con el alma.

Mi padre se quedó en silencio, me miró por última vez y subió las escaleras.

Miré a mi madre, se veía un poco enojada pero al mirarme sonrió.

–¿Por qué me sonríes?–pregunté.

–Porque estoy orgullosa de ti.

Me acerqué a ella y la abracé.

–Perdón si no soy la hija que imaginaste que tendrías.

–Nunca vuelvas a decir eso, porque... ¿sabes algo? Desde el momento que quedé embarazada y supe que tendría una niña, siempre te imaginé como una mujer hermosa, fuerte, inteligente y valiente... Robin, tú eres tal como imaginé que serías.–dijo mirándome a los ojos, pude ver cómo se llenaban de lágrimas.

Esta vez no pude evitar llorar, pero era de emoción y felicidad, había enfrentado a mi padre y contaba con todo el apoyo de mi madre.

Con mi papá nunca tuvimos la mejor relación de padre-hija, teníamos nuestras discusiones y de vez en cuando nos dejábamos de hablar, pero eso no significa que no lo quiera, simplemente hay cosas en las que tenemos distintas opiniones y nos hace discutir.

[...]

Había pasado un largo rato de la conversación que tuvimos mi madre y yo. Desde mi habitación podía escuchar como mis padres discutían y la verdad había tenido un día de mierda y no quería que mi noche también lo fuera.

Tomé el teléfono y marqué a la casa de Steve, por suerte me contestó él.

–Diga.

–Hola, soy Robin...–hice una pausa.–quería pedirte un favor enorme.

–Lo que quieras.

–Sé que dije que no quería que siguieras haciendo cosas por mi pero he tenido un día horrible y...

–Pídeme lo que quieras.–me interrumpió.

–¿Podría quedarme en tu casa sólo por esta noche? Perdón que te lo diga de esta forma y a esta hora, si me dices que no yo lo entenderé...

–Robin, claro que puedes.

–¿En serio? Te lo agradezco un montón.

[...]

Tomé mi bicicleta y salí, mis padres seguían discutiendo y ni siquiera se dieron cuenta que salí de la casa.

Steve vive algo lejos de donde vivo así que pedaleé rápido para llegar lo más pronto posible.

[...]

–Hola.–saludé a Steve cuando me abrió la puerta.

Se hizo a un lado para dejarme entrar.

–Mis padres llegarán tarde así que tenemos un largo rato para conversar.–dijo él.

–Este día ha sido tan agotador que quiero que acabe pronto.–me llevé la mano a la cabeza

–Dime, ¿qué pasó para que quieras venir a dormir aquí?

–Mi padre se enteró de mi relación con Clarity y que me gustan las chicas, se enfureció tanto que siento que ahora me debe estar odiando.

–Oh, lo siento Robin, cuentas con mi apoyo, eso lo sabes.

–Claro que si Steve, te lo agradezco.–sonreí.

[...]

Después de una larga conversación, nos quedamos viendo una película en el sofá. Ya se había hecho tarde así que nos fuimos ambos a su habitación.

–Si quieres duerme tú en mi cama, yo armaré una en el suelo.–dijo él.

–No, no te preocupes, sería injusto.

–No me molesta, puedes hacerlo ¿o quieres dormir junto a mi?–dijo haciendo un movimiento de cejas que me hizo reír.

–Estás loco, Harrington.

–Robin, quédate en mi cama, quiero que duermas cómoda.

Me quedé viéndolo con una sonrisa.

–¿Qué me ves?–preguntó él.

–Olvídalo.

–No me dejes con la duda ¿pasa algo?

–Pasa que la mujer que se enamore de ti tendrá mucha suerte, porque eres el mejor.–sonreí.

–Esa mujer podrías ser tú.–dijo en tono de broma.

–Muy gracioso, pero ya hemos hablado del tema.–reí.

–Gracias.–sonrió.

–A ti.

Acomodé la ropa que traía en mi bolso y me fui a poner pijama al baño.

Cuando salí, Steve ya tenía su cama lista y armada en el suelo.

–Buenas noches, descansa y espero que tengamos un buen día mañana.–dijo Steve.

–Buenas noches, también espero eso.

That's my girl | Robin BuckleyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora