El amanecer del resto de nuestras vidas

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Es oficial. La escritura de la Saga Sladers ha concluído, y por ende puedo retomar las actualizaciones. Os dejo un capítulo extralargo para compensar los meses de espera. Y nos leemos en wattpad cada domingo a partir de la semana del 16 de septiembre. 

Recordad leer con la música siempre que podais, porfa ^^

Gracias por la paciencia. Un fuerte abrazo a todxs.

Lunahuatl

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Nos observamos entre nosotros, asombrados por todo lo que acababa de salir de nuestras bocas y sin terminar de explicarnos cómo habíamos llegado a ese punto de confianza. Con miles de preguntas en la cabeza, y cientos de lugares hacía donde podíamos desviar la conversación.

―No eres un inútil con una pierna, Luca. Pero sí eres un cobarde por no decirle a Miriam que la quieres ―concluí―. Y si es importante para ti reconocer tu homosexualidad, Noko, me alegra que por fin lo hayas compartido con nosotros porque eso significa que no tienes miedo a que te juzguemos o que de una vez por todas te da igual lo que la gente piense, al menos desde el punto de vista desde el que los humanos interpretáis el hecho de salir del armario. Si te sirve de consuelo, ya lo sabíamos

Los dos me observaron con la boca abierta.

―Creí que la situación requería cierta concisión.

― ¿Tanta pluma tengo? ―preguntó Noko, como si todos sus esquemas mentales se hubieran derrumbado en un instante, pasando sus ojos de Luca a mi alternativamente y sin dar crédito de lo que acababa de escuchar.

―No es una exageración, Noko ―concluyó Luca―. Puede que un pochino, ma bastante disimulada. Io no me habría atrevido a pronunciarme e nunca escuché hablar a nadie de ello.

―Lo supe enseguida porque mi mejor amigo era lo que vosotros llamáis homosexual ―me excusé―. Pero si te sirve de consuelo, allí de donde vengo la orientación sexual es algo que no le incumbe a nadie, hasta el punto de que no existen palabras para referirse a ella. Se acepta todo y no se juzga a nadie por ello, es un tópico ausente en toda conversación porque está tan claro que cada uno puede disfrutar como quiera que nadie jamás se ha cuestionado si hay una orientación mejor que otra ―me encogí de hombros―. Y, tendiendo en cuenta el contexto de mierda en el que vivís, y vuestra mentalidad retrasada de humanos quiero que sepas que lo que hiciste el otro día fue muy valiente y me enorgullece que seas mi amigo.

Por un instante se hizo el silencio.

―Ahí es a donde io quería llegar ―gesticuló Luca, entusiasmándose―. ¿Qué merda pasó el otro día?

Noko bebió un largo trago y suspiró.

―Me hincharon las narices el pelotón de borregos homófobos de mi clase, que la tomaron con un chaval de primero ―aclaró―. No aguanté más y me lie a hostias con ellos.

―Fue muy épico ―apunté―. Lo hizo al grito de "Si quieres pegarle a un maricón búscate a uno de tu tamaño".

Los tres rompimos a reír.

―Digno de 300 desde luego ―concluyó Luca, colocando su mano en el hombro de Noko―. Qué grande eres, jodido.

Levanté la pinta, mejor dicho, lo que quedaba de ella y ellos me imitaron con rapidez.

― ¡Por la migliore salida de armario de la historia! ―declamó Luca.

Noko suspiró y sonrió, pude leer gratitud en sus ojos, pese a que nunca debieron cuestionarse, ni por un instante, que una sociedad que merezca la pena sea capaz de juzgar a sus individuos por su orientación sexual.

SLADERS (II). LA LLUVIA DE FUGACESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora