Hasta el fin

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(Aquí llega mi especial de San Valentín un poco tardío, ojalá os guste, advierto que es un poco más pasteloso de lo que acostumbro. ¡Buena semana a todxs! <3)

pd: ¡Sois los mejores! 

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—¿Se puede saber a dónde me habéis traído? —supliqué.

Estaba siendo rodeado por una multitud de personas vestidas raro, como country y por ahí, en mitad de un concierto en una plaza de pueblo, con un bar portátil y mucha gente saltando y bailando.

Eran canciones como folk, con violines, guitarras, y una chica al micrófono que...

Espera un momento.

—¡NO ME JODAS! —repuse observándoles entre emocionado e indignado porque me la habían colado totalmente—¡Me la habéis colado a muerte!

Rompieron a reír.

Amy estaba en el escenario cantando, seguramente aquel era el grupo con el que había iniciado ensayos a principios del periodo lectivo que yo me había perdido viajando por las estrellas.

Sonaban bien esa es la verdad.

Pero eso no me importaba lo que me importaba es que ella estaba ahí, frente a mí, y mi corazón se detuvo en un instante de tiempo en el que deseé que fuéramos nosotros dos, juntos por siempre y contra todo lo demás, caiga quien caiga. Un momento en el que si las personas se pudieran poseer hubiera deseado que ella fuera mía y yo suyo por el resto de nuestros días. En el que volví a sentir aquellas mariposas flotar en mi estómago y mi corazón se aceleró porque no esperaba encontrarla allí, conmigo, en ese día.

Supe que me había visto en ese momento porque sonrió y me guiñó un ojo.

Yo me quedé en el sitio, parado, y sonreí como un idiota. Con una complicidad que jamás había sentido hacia nadie. Y midiendo mentalmente la posibilidad de subir al escenario y dejarlos a todos sin concierto para raptarla y darme el lote con ella. Instinto animal al poder, lo sé. Me pones a la persona que quiero delante sin poder tocarla y tan guapa como estaba ella esa noche y me vuelvo loco, y adiós raciocinio y adiós todo.

Es lo que hay.

También soy un poco "macho-men" de vez en cuando. Pero estoy segura de que ella sintió lo mismo porque su corazón latió tan fuerte que habría podido escucharlo a kilómetros de distancia.

La intensidad de aquella mirada me atrapó tanto que apenas podía distinguir lo que pasaba a mi alrededor cuando Noko y Miriam me impulsaron a bailar y hacer el loco. Le sonreí y me entregué a la noche, a la fiesta y a las locuras que nos deparaba el futuro mientras siguiéramos dando guerra en este mundo.

***

Transcurrió algo más de una hora hasta que el grupo acabó de tocar. Y se hizo un descanso en el que había una playlist con los éxitos del momento sonando en la verbena reproducida por una disco-móvil.

Aprovechamos para ir a por unos cubatas, que tuvimos que comprar Miriam y yo porque Noko era menor de edad todavía.

Estábamos en una esquina apartados hablando tranquilamente. O tranquilos ellos, yo estaba histérico porque de un momento a otro podía entrar en escena Amy, y ya sabéis como andaba yo por aquellos días, con todas mis pajas mentales a flor de piel, pero había algo de lo que no podía dudar un segundo, y era que me moría de ganas de verla.

—¿Por eso estábais desesperados por traerme aquí? —pregunté, todavía sin creérmelo.

Asintieron.

SLADERS (II). LA LLUVIA DE FUGACESDonde viven las historias. Descúbrelo ahora