Lo que ellos querían ser

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Antes que nada, quería decirles que para las interesadas en un Nalu, Graylu, Rolu o stinglu principalmente, pueden pasar por mi nueva historia "Reencarné como villana", por si necesitan más shipps además de Graylu.

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- Sting... Rogue.... Minerva, qué demonios fue eso?- preguntó el maestro de Sabertooth con odio en su voz.

El rubio se estremeció ante la mirada de Jiemma y agachó su cabeza.

El enorme hombre se paró frente ellos, con los ojos oscuros y amenazadores. Primero, miró a la joven señorita.

- sabía que eres una decepción Minerva, pero creí que podrías mejorar. Lástima que no vales la pena- escupió esas amargas palabras a su única hija, quien ahora estaba temblando al borde de las lágrimas.

Ella era una lamentable señorita, pensaron todos.

Luego se giró hacia los dragon slayers.

- ustedes dos son dragon slayers. Es envidiable lo fuerte que son, no?

Las manos de Sting temblaron con temor y  vergüenza por ser golpeados por Natsu y Gajeel, pero el temor era por el miedo a ser golpeados de nuevo de una manera completamente diferente.

- pero fueron derrotados tan vergonzosamente, y nada menos que por otros dragon Slayers, acaso tienen algo que decir?!- Jiemma rugió, y los tres se estremecieron.

El rubio miró a Rogue, con vendas que cubrían su cara y el torso, temblando de miedo. Después, le echó un vistazo a Minerva, quien ya no parecía tener su confianza de antes.

Las ganas de vomitar que poseía antes, incrementaron. Odiaba esto, odiaba esta sensación de estar en el lugar equivocado. Quería estar con Lucy, en un ambiente donde podría sonreír con Lector y ella, hablando sobre cosas triviales de la vida.

Quería poder estar con Rogue y el resto de sus amigos sin que todo se sintiese como una prueba para demostrar quién era el mejor.

- no tengo excusas para nuestra derrota- susurró el azabache en voz baja- fuimos completamente derrotados. Natsu nos abrumó incluso sin sus llamas relámpagos- sus manos se apretaron en puños temblorosos y sus ojos permanecieron fijos en un punto cerca de los pies de su maestro.

Haciendo crujir el suelo. El mago de luz pudo ver al de sombras hacer una mueca.

- ¡¿esas son las palabras de un mago de Sabertooth?! ¿Quién les dijo que salieran y que se parecieran a un par de patéticos? ¿Quién les dijo que fracasaran?- hizo una pausa para echarle un vistazo a su hija- y tú tampoco te salvas de esta, escoria

La energía mágica comenzó a retumbar alrededor de Jiemma, brillando de color rosa, y cuando levantó su puño. Ambos dragones y la señorita se estremecieron, retrocediendo inconscientemente.

- ¡ustedes mancillaron el nombre del gremio más fuerte!- su voz se convirtió en un rugido y su poder explotó de repente, lanzando a los tres contra la pared.

Rogue gritó y se agarró a su costado, sus heridas de lucha se abrieron por el golpe.

Sting, en cambio, escupió sangre.

Y Minerva, la pobre todavía no podía reaccionar, intentando controlar sus lágrimas a punto de salir.

- ¡Sting! ¡Rogue!- Frosch y Lector corrieron hacia sus respectivos compañeros, acurrucándose a ellos con lágrimas en los ojos.

El pelaje rojo de su gato era suave bajo la mano del rubio y empujó el exceed detrás de él, viendo a su hermano reaccionar de la misma manera con el gato verde.

El ángel del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora