Preocupados por el futuro

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Lucy y Minerva se estaban tomando su tiempo afuera del hotel de Sabertooth, adentro era demasiado ruidoso como para estamblar una conversación seria.

La azabache no solía experimentar apego, con nada y con nadie. Desde su infancia, decidió que tales sentimientos sólo le estorbaban, escarbando en heridas que no quería abrir.

Ahora, gracias a la rubia que se encontraba a su lado, intentaba abrirse al resto. Pero no era todo tan sencillo, porque habían idiotas a su lado que intentaban ser buena con ella, a pesar de que era la hija de Jiemma, y ella no podía simplemente dejar ir sus viejas costumbres de crueldad así como nada.

No era ni tan fácil ni tan rápido. Resultaba un tanto molesto. Pero era un futuro que quería evitar.

- ¿cómo te encuentras, Minerva?- preguntó preocupada la muchacha llena de vendas al lado suyo.

La había destrozado en la batalla naval, no tuvo compasión de ella y simplemente la trató como basura. Aún así, fue ella la que le protegió.

- no.. lo sé- fue sincera, sin saber el por qué le estaba abriendo tan fácilmente sus pensamientos a la maga de Fairy Tail.

No era su manera de hacer las cosas, después de todo.

- ¿es porque te estás culpando de varias cosas?- pidió saber Lucy, quien sentía las emociones de.. su nueva amiga? a través de su magia.

- no- la respuesta que le dio, sabía a una mezcla entre pequeña mentira y una pequeña verdad.

- tienes el ceño fruncido- comentó la otra muchacha al cielo nocturno- como si algo te molestara

A Minerva le dio una extraña sensación al escuchar sus palabras: tal vez porque era la verdad que negaba.

- no es nada, simplemente estaba pensando en varias cosas- pronunció, sonriendo con la única sonrisa que poseía, esa felina que no lograba atenuar.

- te daría tu tiempo para que dijeses todo de a poco- confesó la angel slayer, todavía sin mirarla- pero pronto tendré que regresar a la enfermería de Fairy Tail, no quiero que mis amigos causen un escándalo, así que sé sincera, por favor

Lucy no estaba irritada por esto, las únicas personas que la irritaban, podrían ser, en su mayor parte, Natsu y Gajeel. Pero realmente necesitaba ver cómo se encontraba la joven señorita de Sabertooth.

- umm..

- no estoy molesta- le tranquilizó al sentir que ella emitía ansiedad- simplemente creo que preocuparé a mis amigos si no vuelvo antes

Después de todo, cuando Phantom Lord la había secuestrado, se inició una guerra de gremios.

- ¿qué se supone que haga ahora?- murmuró la azabache sin querer hacerlo, simplemente su voz no quiso- todos me odian, hice cosas terribles...

- Minerva- la interrumpió la rubia echándole un vistazo al escándalo dentro del hotel- no te pido que te olvides del pasado, sino que no te concentres en él; no puedes cambiar lo que sucedió pero puedes decidir qué hacer en el futuro

La mencionada miró sus manos, era un muy buen consejo el que le acababan de dar. Por lo que lo primero que quiso hacer, fue disculparse con la muchacha que lastimó durante la batalla naval.

- Lucy... quiero disculparme por cómo he actuado durante los juegos, estuve muy mal- dijo la azabache avergonzada.

La rubia le dio una sonrisa bonita y genuina para luego decirle:

- no te preocupes, sin rencores

Y Minerva le sonrió de vuelta. Era tiempo de preocuparse por el futuro.

El ángel del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora