Como tu familia, te protegeré

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Después de unos numerosos días de búsqueda y de otras misiones con sus amigos, había terminado como mesera de un restaurante de por ahí.

Lo trágico para todos fue que esa fue la situación inicial que la llevó a su estado actual: toda magullada y con sus ropas hechas trizas. De un momento, pasó de estar con todos a volver a estar sola, siendo la única que no había sido afectada por la magia de face.

Pero eso no cambiaba el hecho de que, ahora, estaba siendo perseguida por los demonios del lugar.

Estaba realmente sola, y sin mucha magia. Estaba llorando, aunque prometió no hacerlo hasta salvar a todos.

¿Estaba rompiendo una promesa? Estaba siendo como Gray...

Él...

Ella todavía no comprendía el cómo es que aún no le guardaba rencor por alejarse de nuevo y romper la promesa que hicieron en Fantasía. Pero sobretodo, por el hecho de que él ya no estaría para ella, no salvándola, sino que luchando a su lado por todos y por ellos mismos.

Odiaba esto, y chasqueó su lengua cuando recibió otro ataque de ese maldito rubio degastado, Jackal. Reconocía la frialdad de este desde el momento que la había hecho escoger entre salvar a una mujer en cinto o un anciano, ex-miembro del consejo.

Se había olvidado del dolor físico cuando su dolor emocional crecía por segundo. Pero claro, todavía tenía cosas de las cuales encargarse.

- idiota- gruñó alguien, su voz sedosa y melodiosa hacia los oídos de todos. Ella levantó su cabeza.

Lucy Heartfilia sonrió sin importar el cómo la acababan de llamar, haciendo una leve mueca ante el repentino agarre de Aquario sobre ella.

- viniste...- murmuró alegre y triste a la vez, no era quien esperaba pero también era alguien importante para ella.

- quédate atrás, mocosa- la portadora de agua se quebró interrumpiendo a la maga celestial mientras ella invocaba agua de su urna, apartando a los Etherias con un torbellino. Sin embargo, su orgullo se desinfló cuando Torafusa cortó su agua como si no fuera nada.

Este se rió al ver la expresión de sorpresa en el rostro de la sirena.

- el agua es mi especialidad- dijo con orgullo.

La espíritu celestial de cabello azul sólo pudo darse cuenta de que el demonio de Tártaro venía demasiado rápido para que ella lo esquivara antes de empujar a la muchacha que estaba protegiendo a un lado.

- A-Aquario...- tartamudeó la rubia con sus ojos temblorosos.

Recibió el golpe completo de Torafusa. Se sintió extraño: el dolor solo llegó un segundo después, justo cuando se estrelló contra el suelo. Ella apretó sus dientes, su orgullo le impedía gritar de dolor.

- Aquario!- gritó Lucy, quien al fin estaba empezando a reaccionar.

- maldición!-  Leo y Virgo gritaron al unísono, navegando hacia ella antes de ser interceptados por Jackal. Ambos espíritus enfrentaron el mismo destino al ser atacados de frente.

Parecían bastante distantes, pero Aquario escuchó sus voces, por lo que asumió que sus amigos estaban bien o lo suficientemente bien como para hablar.

La portadora de agua dejó escapar un siseo, usando su mano izquierda para sostener firmemente su hombro derecho. Estaba sangrando profusamente, lo cual nunca había sido bueno.

Al abrir uno de sus ojos, maldijo mentalmente cuando vio a Lucy derrumbarse en el suelo, la fatiga se apoderó de su cuerpo. Fue un milagro que aún no se haya desmayado con tres llaves doradas abiertas.

El ángel del demonioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora