▪️__(TN) Collins es una chica como cualquier otra con una vida normal. Todo cambia en un instante y le toca recorrer por los más oscuros secretos hasta por fin descubrir la realidad que la llevará a un destino inesperado.
Una profecía, falsa o real...
Me desperté aturdida y delante mía estaba Laughing Jack.
-L.Jack: Si que has tardado en comerte el caramelo que te di.
Me senté sobre la cama y miré mi alrededor, era una habitación.
-¿Dónde estoy.. Me has secuestrado? ¿No me digas que ese caramelo era droga? ¡Me has drogado y secuestrado!–dije alterada–.
-L.Jack: Hey, tranquila.. No era droga estúpida, son lo efectos que tiene ese tipo de caramelo así que ahora mismo estás en el inframundo, la dimensión de Zalgo.
-¿Y por qué o para qué?
-L.Jack: Él mismo te lo dirá, te dije que algún día lo conocerías, pero antes tengo que decirte unas "normas".
-¿Cuáles?
-L.Jack: Ni se te ocurra dirigirte a Zalgo como cualquier otra persona, el es un demonio muy fuerte, es el terror en persona así que trátalo con respeto.
-Vale..–dije indiferente–.
-L.Jack: Bien, vamos rápido que te está esperando.
Salimos de esa habitación y caminamos hasta una puerta algo grande.
Laughing Jack golpeó unas cuantas veces la puerta y del otro lado se escuchó una fuerte voz que nos permitió entrar.
-L.Jack: Pasa, él está ahí dentro, yo me quedaré fuera.
-¿Estás seguro de que no me violará?
-L.Jack: No seas idiota y entra, no le gusta esperar mucho.
Hice caso y al entrar él cerró la puerta, dentro era como un tipo de despacho increíble, era gigante y tenía decoraciones increíbles.
-Zalgo: ¿Te gusta mi despacho?–dice con una voz grave pero tranquila–.
-Si.. Está muy bonita..
Miré al frente y había un hombre con aspecto humano de pelo negro con unos cuernos en su cabeza, sus ojos rojos como la sangre y su piel era gris oscura.
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-Zalgo: Me alegro que sea de tu gusto.. Al fin nos conocemos en persona, ¿no es así?
-Si, ¿para que querías hablar conmigo?
-Zalgo: Tengo que informarte de algo, aunque supongo que ya habrás descubierto parte de ella.. Toma asiento–dice mostrándome un sillón que se encontraba delante de él.
Me acerqué, me senté y esperé a que hablase.
-Zalgo: ¿Quieres algo de beber?
-...¿Leche con chocolate? –dije algo insegura–.
El rió y aceptó, al cabo de unos segundos aparece un chef y me entrega lo que pedí.
