𝗛𝗼𝗴𝘄𝗮𝗿𝘁𝘀 𝗠𝘆𝘀𝘁𝗲𝗿𝘆 ➛ 𝓛𝓪 𝓱𝓮𝓻𝓶𝓪𝓷𝓪 𝓭𝓮 𝓙𝓪𝓬𝓸𝓫

Capítulo 16: ¿Dónde está Ben?

Multimedia: Jae Kim (Mario Maurer)

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Había pasado una semana desde que Natalia había regresado a casa de sus padres. No había vuelto a hablar ni con su madre, ni mucho menos con su padre. Apenas salía de su habitación y tenía la sensación de que sus padres ni siquiera la echaban de menos. Por suerte para ella, el curso comenzaría en 4 días y ya no tendría que seguir aguantando esa situación.

Alguien tocó a la puerta de la habitación de Natalia. No recordaba la última vez que alguien lo había hecho, por lo que se sobresaltó. Tras unos minutos y no recibir respuesta por parte de la niña, la puerta se abrió. Era su padre, que se sentó junto a ella en la cama. Natalia ni siquiera lo miró.

George: En nada vuelves a Hogwarts... ¿Necesitas algo para el nuevo curso? —Natalia no respondió— Libros nuevos... Una nueva túnica... —Natalia seguía ignorando a su padre— Están bien... Los muggles del coche... —Natalia lo miró por primera vez— Fui al hospital a ver cómo estaban.

Natalia: ¿Les dijiste que fuiste tú?

George: No, claro que no. No hay forma de explicar lo que pasó sin hacer mención a la magia... —tras una pausa— Natalia... Si no quiero que sepas todos los secretos que te ocultamos es porque no quiero que seas como yo.

Natalia: Yo nunca seré como tú.

George: Tal vez si te hubiese contado de pequeña que tu abuela mató a un hombre lo serías. —Natalia no contestó.

Natalia: ¿Por qué lo mató? —George suspiró— Ahora ya lo sé, solo dime el porqué.

George: Aquel hombre mató a alguien importante para tu abuela y... Por la rabia... Utilizó varias maldiciones imperdonables en él. —Natalia no dijo nada— ¿Sabes qué es lo que tira de las carrozas que te llevan a Hogwarts?

Natalia: —extrañada— ¿Qué?

George: —sonrió— En mi primer año de Hogwarts, cuando volví a casa, Aly me preguntó que si me habían gustado las criaturas que tiraban de la carroza, a ella le parecían criaturas fascinantes.

Natalia: Pero... Nada tira de ellas...

George: —asintió— Luna y yo nos miramos extrañados. Ella ya iba por su tercer año en Hogwarts y tampoco había visto nunca a aquellas criaturas...

Natalia: No lo entiendo.

George: ¿Sabes lo que es un Thestral? —Natalia negó con la cabeza— Solo las personas que hayan visto la muerte pueden verlos... Y tu abuela siempre los vio, desde su primer año.

Natalia: ¿A quien...?

George: A sus padres. —Natalia asintió triste— Tu abuela ha sufrido mucho, cariño... Mucho más de lo que te puedes imaginar... Mucho más de lo que pensarías que una persona puede soportar... A Luna y a mí nos afectó saberlo desde tan pequeños... Si te ocultamos cosas, es por ti, por tu bien. —Natalia asintió— ¿Podrás perdonarme por ser un padre horrible? —Natalia se encogió de hombros— Te prometo que este año te enviaré cartas.

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Natalia regresó a Hogwarts con un nuevo aspecto, durante el verano había cambiado su peinado a una melena con flequillo recto. Para su primer día de curso eligió unos jeans con su suéter y corbata de Gryffindor y al cuello lucía orgullosa su bufanda de Gryffindor. Entró al gran comedor ilusionada por ver de nuevo a sus amigos, pero a la primera persona que vio fue a Mérula.

Mérula: No he olvidado lo que ocurrió el año pasado, Salas. No creas que llegarás a las bóvedas malditas antes que yo.

Natalia le hizo una mueca de desprecio y Mérula se sentó en la mesa de Slyhterin. Natalia recorrió el pasillo central para buscar sitio en la mesa de Gryffindor. A la derecha, en la mesa de Hufflepuff se oyó una voz dulce gritar.