—Le huelo.—Eren es quien se yergue en el sitio para mirar por encima de las demás cabezas.—Oh, sí.—Hace un exagerado movimiento con la nariz.—Huele a perro mojado por aquí.
Mi garganta sube y baja.
—¿Perro mojado?
Darío me aprieta la mano con delicadeza.
—Hombres lobo.—Aclara Rebeca.
Mi corazón se acelera cuando lo escucho, y miro a Darío cuando noto cómo se tensa.
—No iré a hablar con él, si es lo que te preocupa.—Espeto con frialdad, apartando la mano de la suya. La frialdad de mi gesto el azota con dureza.
—Lo sé.—Dice.—Pero no quería hacerte pasar por esto.
Sus ojos me miran condescendientes.
—Estaré bien.—Afirmo.—Él eligió su bando.—Sonrío en su dirección, pero no termina de ser una sonrisa dolorida.—Yo el mío.
Eren pasa su brazo por mi hombro con fuerza y me atrae hacia así.
—Di que sí.
Una sonrisa me invade cuando lo hace, y miro a Darío cuando sospecho de que se tensa por ello, pero para mi sorpresa, me encuentro a un perro del infierno sonriendo, admirando con gracia la forma en la que esta criatura que convierte el aire en veneno me abraza de esta forma.
Todos los de nuestro alrededor se levantan con énfasis, aplaudiendo la entrada de uno de los contrincantes, quién por suerte o por desgracia no es Amara.
Los cuatro nos quedamos quietos en el sitio, y cuando Rebeca mira a Darío, tan solo asienten entre sí.
Me he dado cuenta de la confianza que estos días han cogido, y aunque lejos de molestarme, me empieza a parecer de mal gusto que a veces nos dejen a Eren y a mí al margen.
—Recordad.—Comienza Darío con la voz elevada por encima de los que gritan.—Liam es nuestro objetivo, pero si veis la oportunidad de hablar con alguien más—Se detiene y fulmina con la mirada a Eren.—Solo si parece realmente fácil, Eren. Solo en ese caso, podremos hacerlo.
Eren asiente a regañadientes, pero se estira las mangas de su cazadora vaquera antes de levantarse, como siempre, con un humor incomprensible reflejado en el rostro.
Mis piernas se sienten inseguras al andar entre tanta gente junta, pero confío en que Darío no me soltará la mano por mucho que nos acorralen. Es lo único que ahora mismo me proporciona algo de seguridad, y no puedo dejar de pensar en cómo podré agradecérselo algún día.
Me llevo la mano a los labios, rozándolos con la suave tela del jersey que visto cuando un horrible olor me inunda las fosas nasales. Un insoportable olor a perro mojado.
Alzo la vista entones, con énfasis y un ligero entusiasmo por el que quiero pegarme, y paso parte del tiempo en lo que nos lleva llegar hasta las escaleras buscando la mirada de Jason.
Contengo la respiración hasta que conseguimos salir de entre la marea de gente, y cuando alcanzamos el primer escalón, un par de figuras realmente apestosas llaman mi atención.
Es entonces cuando los ojos verdosos de Jason Walker me fulminan, pero disimuladamente, con sutileza y de reojo, y después de reconocer al chico al cual Jason sigue con tanta prisa, entiendo el por qué.
Mi mandíbula se aprieta, y el tiempo parece ralentizarse cuando pasamos por su lado. Una fracción de segundo es lo que nos miramos a la cara, pero suficiente como para que parezcan años.
No soporto la idea de que esté con Amara, con aquella que quiere mi muerte y si me descuido, juraría haber entendido que la suya también. En realidad, la de todos los seres sobrenaturales de Fountain Hills.
![](https://img.wattpad.com/cover/178751878-288-k639350.jpg)
ESTÁS LEYENDO
HELLHOUND | Libro I ¡YA A LA VENTA! ©
RomansLas puertas del infierno han sido abiertas. Todas las criaturas que han caído del cielo, y las que desde las más profundidades han regresado, tienen una sola misión. Pelo y ojos castaños, constitución aparentemente fuerte... ¿Por dentro? Está hecho...