CAPÍTULO 60

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La luz del sol se siente increíble, y mucho mejor si es con la mano enlazada a la del perro del infierno que está sentado a mi lado.

Escucho las voces de Eren y Rebeca parloteando a nuestro lado, y aunque no estoy prestando casi atención, no puedo evitar reírme de vez en cuando con sus comentarios.

—Te digo que alguna vez seré profesional, Eren.—Pronuncia Rebeca tumbada sobre la manta.—No hay tantos podólogos como crees.

Eren frunce el ceño con fingida repulsión.

—Ni siquiera sé en qué momento pensaste que esa carrera será algo bonito.—Comenta mientras da un mordisco a su bocadillo.

Su pelo rubio brilla con el sol.

—Tú no has podido acabar ni el instituto y pretendes decirme que tendrás un futuro mejor que el mío.—Contrapone Rebeca.

—Chicos...—Interviene Liam enderezándose sobre la manta.—Los ingenieros electrónicos somos el futuro. Ni siquiera penséis que ganaréis más que yo.

Ambos ríen ante su comentario.

—¿Y qué hay de vosotros?—Eren nos mira.—¿Hellhound?

Darío sonríe con sutileza.

—Cuando yo era humano no había carreras de estudios.—Comienza.—La gente juzgaba a las pelirrojas por ser brujas sin pruebas evidentes.—Continúa mirando al de los piercings.—¿Qué os hace pensar que esa gente estudiaba o que eran aptos para montar universidades?

Rebeca sonríe con sinceridad por primera vez en mucho tiempo, creo que desde que la conozco.

—Muy bien argumentado, Raeken.—Dice con humor.

Darío se deja caer sobre la manta con uno de sus brazos tras su cabeza sin soltar mi mano.

—¿Y tú, Nereida?

Mi pecho sube y baja cuando suspiro.

—Como bien sabes, ayer me echaron del instituto, Eren.—Pronuncio con detenimiento, sin pretender sonar a la defensiva.—Ni siquiera puedo pararme a pensar en eso ahora.

Darío aprieta mi mano con delicadeza.

Eren asiente cuando nota lo mal que me ha sentado y muerde su bocadillo una vez más.

—Deberíamos irnos ya.—Dice el Kanima.—Las clases están a punto de terminar y esto se llenará de gente que posiblemente nos eche de aquí.

Eren resopla levantando su flequillo rubio.

—Y por eso es por lo que el Kanima no debería venir con nosotros.—Rebeca golpea el hombro de Eren antes de que prosiga.

Liam frunce el ceño y se acerca a él de un movimiento.

—Rubio.—Dice, y de un manotazo brusco saca sus transparentes garras para ponerlas en frente de los azulados ojos del que convierte el aire en veneno.—Creo que la última vez que te metiste conmigo no acabó demasiado bien.

Eren mira su bocadillo y con lentitud pasa de él a la mano agresiva del de escamas verdes, para luego fulminarle con la mirada.

—¿Me vas a amenazar cada vez que haga un comentario que no te guste?—Pronuncia en su dirección sonando a la defensiva.—Si es así, muy mal nos vamos a llevar, Wilson.

Liam baja la mano con una sonrisa victoriosa, como si él también hubiese notado el corazón de Eren acelerándose.

—Tengamos la fiesta en paz, criaturas.—Interviene Darío.

HELLHOUND | Libro I ¡YA A LA VENTA! ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora