2. ¿A Joaquín le gusta Emilio?

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Mayo 2009.

Narrador. 

Emilio y Joaquín se encontraban en la salida de clases.

—¿Puedes creer que ya casi cumplimos 1 año de que nos conocimos? —dijo Emilio felizmente mientras miraba a Joaquín caminar

—El tiempo pasa muy rápido, bonito. —dijo Joaquín.

"Bonito."

Cada vez que lo decía, provocaba maripositas en Emilio.

A este punto ya habían pasado nueve meses de que Joaquín y Emilio se habían conocido. 

Joaquín tenía seis años recién cumplidos y Emilio estaba a unos meses de cumplir los siete.

Iban en la misma escuela y en el mismo salón. A pesar de que Joaquín era el "nuevo" del grupo, era más sociable que Emilio. El tenía cinco o seis amigos más, mientras que el pequeño círculo social de Emilio se resumía en una sola persona.

Él.

Eran los mejores amigos y aunque todos los demás niños querían a Joaquín de mejor amigo, él siempre dejaba claro que Emilio era su mejor amigo.

—Ya te dije que no puedo, Santi. Emilio es mi pareja para el trabajo. —dijo Joaquín mirando a Santiago.

Santiago llevaba días insistiéndole a Joaquín para ser su pareja en el trabajo. Y aunque Joaco ya le había dicho que su pareja era Emilio, parecía que al niño no le quedaba claro.

—Sólo estás con él porque te gusta. —dijo Santiago provocando que la mayoría de los niños voltearan a verlos.

Emilio volteó a ver a Joaquín esperando que le respondiera algo. No era la primera vez que los molestaban con lo mismo. Y Joaquín siempre decía algo que hacía que los demás se quedaran callados.

Los segundos pasaban y Emilio estaba extrañado al ver que Joaquín no contestaba nada.

¿Por qué está vez no decía algo? 


Joaquín.

—Sólo estás con él porque te gusta —dijo Santiago molesto, esperando una respuesta.

En ese momento sentí el verdadero terror. Noté que tanto Santiago, Emilio y los demás compañeros estaban esperando una respuesta de mi parte. 

Estaba consciente que no era la primera vez que nos molestaban con eso y aunque en todas las ocasiones pasadas siempre lo negaba, en ese momento no sabía que responder.

Mis manos comenzaron a sudar y me atreví a levantar la mirada y confrontar a Santiago.

—Yo... —pronuncié con la voz temblorosa.

—¿Qué pasa Joaco? ¿Ahora te quedaste sin nada que decir? —dijo Santiago con una sonrisa burlona— ¿Ahora si vas a decirle a todos que Emilio si te gusta?

—Joaco... —dijo Emilio asustado.

Mis ojos comenzaron a arder. No podía estar más tiempo ahí.

Por suerte pude ver cómo mamá se acercaba a la entrada de la escuela. Había llegado por mí.

Tomé mi mochila y salí corriendo de ahí.


Emilio.

Después de ver cómo Joaquín salía corriendo con su mamá. Tomé mi mochila y fui a buscar a Romina a su salón para irnos a casa.

[...]

Narrador.

—¿Cómo te fue hoy, peque? —preguntó Romina por segunda vez.

Emilio se encontraba bastante distraído pensando en lo que había pasado con Joaquín.

¿Por qué no le había contestado nada a Santiago? ¿Y si de verdad le gustaba a Joaquín?

—Romi —dijo llamando su atención— ¿Cómo sabes si le gustas a alguien? —preguntó a penas en un susurro.

—Hm, pues se nota en esa persona. —dijo— En su comportamiento contigo. Por ejemplo, siempre está muy atento en ti. Conoce lo que te gusta y lo que no te gusta. Busca siempre estar en contacto contigo ya sea abrazándote o tomando tu mano. Se ríe de tus chistes aunque sean malos. Se preocupa por ti. Busca la manera de siempre hacerte sentir mejor. Y cosas así. —dijo— Sientes una conexión especial. —rio— Igual no me hagas tanto caso. Sólo tengo nueve años, enano. —dijo.

"Atento."
Joaquín en verdad era atento con él y le prestaba atención en cada cosa que le contaba, incluso si era una tontería.

"Conoce tus gustos."
Joaquín sabía cual era su cereal favorito. Su dulce o caricatura favorita. Y conocía todo lo que no le gustaba.

Cada vez que llegaba de la cafetería de la escuela o de la tienda que estaba cerca de su vecindario, llegaba con su chocolate favorito. 

Siempre llegaba sonriendo, ponía el chocolate en su mano y decía: "Me acorde de ti, bonito."

"Busca estar en contacto contigo."
Emilio empezaba a recordar cómo Joaquín tomaba su mano con fuerza cada vez que cruzaban la calle. Incluso cuando ya habían llegado a su destino, sus manos permanecían entrelazadas.

No había tarde en la que no le diera su abrazo de despedida y le dijera:

"Nos vemos mañana mi niño."  ó "Te quiero mucho, bonito."

Y entonces fue ahí donde todo hizo click. 

Procesaba cada una de las cosas que Romina le había dicho y efectivamente era todo lo que Joaquín hacía.

Y fue ahí donde su duda se hizo más fuerte.




¿De verdad le gustaba a Joaquín?

El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora