3. Me gustas.

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Joaquín.

Por fin era Viernes.

Habían pasado tres días después de lo sucedido con Santiago y Emilio aún no me había dirigido la palabra.

Ni siquiera sabía si Emilio estaba enojado o molesto. No tendría por qué. Pues eran mis sentimientos.

Podría ser que se sintiera incómodo o algo por el estilo. Y no lo culpaba.

[...]

Nos encontrábamos en la última clase. Y como cada Viernes, Emilio y yo teníamos la costumbre de hacer Viernes de pijamada.

Mamá iba por nosotros a la escuela, comíamos en casa y pasabamos el resto de la tarde jugando fútbol, platicando, viendo películas y comiendo comida chatarra hasta altas horas de la madrugada.

No estaba muy seguro si Emilio querría quedarse a dormir en mi casa cuando no habíamos hablado en días.

—Bueno niños, es todo por hoy. No olviden hacer sus tareas. Que tengan bonito fin de semana, pueden retirarse. —dijo la profesora.

Emilio se encontraba guardando sus cosas en silencio.

Su silencio respondía cada una de mis dudas. Definitivamente no se quedaría en mi casa.

Por lo que ajusté mi mochila a mis hombros y me dirigí hacia la puerta del salón para salir de él.

—Joaco, espera. —dijo Emilio.

Volteé a verlo y Emilio me dedicó una leve sonrisa.

—Mamá vendrá por mí esta vez, pero ¿Viernes de pijamada? —preguntó con una sonrisa.

Cosa que me provocó una sonrisa.

—Te espero en casa, pequeño. —dije y salí del salón.


Emilio.

Habían pasado tres días después de lo sucedido con Joaquín. No habíamos hablado para nada porque ni siquiera sabía qué decirle. Quería que Joaquín fuera honesto conmigo.

No le veía nada de malo que a un niño le gustara otro niño. Mamá siempre me había inculcado que no tenía nada de malo. Amor es amor y teníamos que aprender a respetar eso.
Papá era un poco duro con eso. Se la pasaba diciéndole a mamá que no tenía porque hablarme de esos temas, que sólo me iban a confundir o qué crecería con "ideologías incorrectas."

A pesar de no haber hablado esos días con Joaquín, quería pasar un Viernes de pijamada con él.

Estar con mi mejor amigo y hablar del tema pendiente.

Quería saber si en verdad le gustaba.

[...]

Tomé mi mochila, mi almohada y cobijas y salí de mi habitación.

-¿Ya vas a la casa de Joaco, amor? -preguntó mamá.

- Si mami. Es viernes de pijamada. -dije con una sonrisa.

- ¿Otra vez a la casa de ese niño, Emilio? -dijo papá con un tono de voz molesto. - ¿A caso no tienes más amigos?

- Juan, no le hables así. - dijo mamá.

- No estoy hablando contigo Niurka. Quiero saber qué necesidad tiene nuestro hijo para seguirse juntando con ese niño. -dijo papá.

Sentí como se me formaba un nudo en la garganta.

No era la primera vez que papá se quejaba de mi amistad con Joaquín. Al principio de nuestra amistad todo era normal y no había problemas. Pero después de notar que siempre estábamos juntos, que hacíamos nuestras pijamadas, nuestros abrazos y ese tipo de cosas, comenzó con sus comentarios.

El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora