Emilio.Maldita sea. Los labios de Joaquín sabían jodidamente increíbles.
Me tenía acorralado a la pared besándome, hasta que se separó de mí viéndome con una sonrisa de bobo y tomó mi cabeza. Comenzó a repartir besitos por mi frente, mi nariz, mis mejillas, mis labios, provocándome una risa.
- ¡Basta! -dije riendo.
- ¡No no no! ¡Cuál basta ni que nada! -dijo dándome besos en los ojitos.
Se separó totalmente de mí y viéndome a los ojos.
- Te amo tanto. -dijo sonriendo.
Reprimí una sonrisa y lo miré atento.
- Es que... no puedo creerlo. No puedo creer que lo hayas dicho. -dijo emocionado- Tan sólo dilo... otra vez. -pidió.
Me miró con un pucherito y mi corazón comenzó a latir.
Maldita sea, Joaquín Bondoni. Ve lo que estás provocando.
Entrelacé nuestras manos y mirándolo con una sonrisa, hablé.
- Estoy enamorado de ti, Joaquín Bondoni. -susurré.
Las mejillas de Joaquín no tardaron en sonrojarse.
- Lo sé. -dijo poniendo sus manos en mi cuello.
Y cuando estaba a punto de besarlo, pude observar el mueble que estaba detrás de él. O más bien, lo que había encima del mueble.
Una foto de Joaquín y Andrés.
Y en ese momento recordé que Joaquín estaba con Andrés.
Antes de que Joaquín pudiera darme un beso, me alejé de él.
- Joaco, espera. -dije separándome de él.
Me observó confundido.
- ¿Hice algo? -dijo.
Lo miré fijamente a los ojos y señalé la foto.
- Andrés. Recuerda que estás con él. -dije serio.
Joaquín sonrió y soltó una risa. Lo miré molesto.
- ¿Por qué te ríes? -pregunté.
Dio un paso enfrente y tomó mis manos.
- ¿Crees que estaría tan cómodo besando los labios del niño más bonito si aún siguiera con Andrés? -preguntó.
Sentí como mis mejillas se sonrojaban.
- Cuando llegué de la casa de Diego hablé con él. Le platiqué cómo estaban las cosas, como estaban mis sentimientos y lo entendió. -dijo- Claro que estaba muy herido pero me deseó lo mejor y me dijo que esperaba que me hicieras feliz.
Lo miré atento.
- ¿Y... crees que te haré feliz? -pregunté.
Joaquín sonrió de oreja a oreja y acunó mi rostro en sus manos.
- Amor. Tú ya me haces feliz. -dijo.
Sonreí y observé sus labios. Sus bonitos labios.
Y cuando Joaquín se dio cuenta y quiso besarme, esas palabras volvieron a sonar en mi cabeza.
"Eres un maldito maricon."
Me alejé de él y le di la espalda. No podía dejar de pensar en que había algo en esto que estaba mal. Mis ojos se llenaron de lágrimas y Joaquín me abrazó por la espalda.
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El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.
Fanfiction-¡Por favor no sé lo lleve! -grité con todas mis fuerzas al ver cómo el papá de Emilio se lo llevaba a su coche. -¡Es mi mejor amigo! -volví a gritar sintiendo como las lágrimas resbalaban por mis mejillas. Sólo recibí silencio de parte de Juan y u...