20. Miedo a admitirlo.

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Emilio.

Me encontraba completamente ebrio. No estaba siendo consciente de todo lo que estaba pasando a mí alrededor.

Después del beso que le había dado a Nicole en medio de la multitud, me había parecido más fácil tomar un par de cervezas más y desaparecer de ahí, para dejar de ver a Joaquín y al idiota de su novio.

Mentiría al decir que ese beso que se habían dado a unos metros de mí no había dolido. Realmente me había quemado. Esa era la clara prueba de que había perdido a Joaquín. Y no sabía si me dolía mas el hecho de haberlos visto besándose o el hecho de recordar como Joaquín había hablado de sus sentimientos hacia mí y dos días después ya estaba besándose con su novio.

¿Acaso había mentido cuando dijo que sentía cosas por mí?

¿Acaso había mentido cuando dijo que le parecía "perfecto"?

¿Acaso había mentido cuando dijo que me quería?

A este punto, las lágrimas ya corrían por mis mejillas y comenzaba a sollozar.

Hasta que escuche unos pasos.

- Emilio... -susurró. -¿qué pasa? ¿Qué tienes? –dijo.

No podía verlo totalmente y podría ser que me estuviera confundiendo de persona, pero por un momento pensé que era Diego.

- Diego... tengo que ser sincero contigo. -dije.

Tenía días y días pensando en que debería de ser sincero de mis sentimientos hacia Joaquín con Diego.

Después de todo era mi mejor amigo. Diego era bisexual y sabía que me apoyaría y no me juzgaría. Pero a la vez estaba consciente que a Diego le atraía Joaquín y no quería lastimarlo.

Pero, ¿a quién más le podía decir esto?

Necesitaba contárselo a alguien o me volvería loco.

-Tal vez te vaya a molestar un poco, pero ya no puedo ocultar esto. -dije con el nudo en la garganta.

Diego se acercó a mí y tomo mi mano.

- No te preocupes bonito, dime. -dijo.

No estaba acostumbrado a que Diego me tratara así pero se sentía bonito el saber que contaba con él.

- He tratado de ocultarlo toda la vida. He tratado de ocultar todo lo que siento. Pero eres mi mejor amigo y sé que me puedes ayudar a sentirme mejor. -dije llorando- No tengo a nadie, Diego. Estoy solo. Y ya no quiero estarlo. -lloraba- Pero tengo que ser sincero en algo contigo. -dije.

Diego tomo mi mano más fuerte y yo no podía parar de llorar.

- ¿Qué pasa, Emilio? ¿Qué es eso tan importante que me tienes que decir? –preguntó.

Ahora fui yo el que apreté su mano y aun con los nervios recorriéndome el cuerpo, hablé.

- Diego... lo tengo que admitir. –dije.

Y eso hice. Me arme de valor, y lo hice. Lo admití.

- Diego... yo... soy gay. Y estoy enamorado de Joaquín.

Y en cuanto lo hice, el llanto volvió. Pero un llanto desgarrador. No podía respirar. Sentía como mis pulmones se iban cerrando y como me dolía el corazón. Sentía como el dolor iba en aumento cada que pasaba un segundo.

Y cuando sentí que ya no podía. Que las fuerzas se me iban, me abrazó.

Sus brazos protectores me rodearon y me di cuenta. Me di cuenta de que era Joaquín el que estaba ahí.

El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora