Emilio.
- ¿Por qué tienes miedo de admitir que estás enamorado de mi como yo lo estoy de ti? -dijo mirándome a los ojos.
Estábamos tan cerca.
Mis ojitos se inundaron en lágrimas cuando lo escuché decir esa pregunta.
No sabía si me dolía más el corazón por lo que sentía o por lo cobarde que estaba siendo.
- Dime. Por favor dime, Emi...lio. -se le cortó la voz.
Negué y solté un suspiro.
- No puedo. -susurré.
Mi vista cayó al suelo y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos.
- Si puedes, bebé. Si puedes. -dijo Joaquín.
Me tomó de la barbilla y levantó mi rostro, logrando que quedáramos más cerca.
Podía sentir su respiración, y observé sus labios. Sus bonitos labios.
Joaquín notó que me encontraba perdido en su boca y soltó una ligera sonrisa.
- ¿Te puedo decir algo? -preguntó Joaquín.
Asentí ligeramente y lo miré a los ojos.
- Eres completamente hermoso. -dijo observando mi rostro.
Acarició mis mejillas, pasó su dedo índice por mis cejas, por mis ojos, por mi nariz, por mi barbilla y su dedo pulgar lo pasó sutil y lentamente por mis labios.
Joaquín me estaba matando.
- No tienes idea de lo mucho que quiero darte un beso. -susurró.
Mi corazón empezó a latir demasiado fuerte.
Reprimí una sonrisa y solo lo observé.
- Algo está pasando en esa cabecita. O más bien, muchas cosas están pasando en esa cabecita. -dijo tocando mi frente con su pulgar- Y en el momento en que desees contarme, te escucharé y apoyaré. ¿Lo sabes verdad? -dijo.
Asentí ligeramente.
Narrador.
Joaquín tomó asiento en la orilla de la cama y segundos después, Emilio tomó asiento en uno de los sillones que había en la habitación.
Cada quien estaba en su mundo.
Por un lado, Joaquín se encontraba pensando en que era necesario terminar con Andrés. Pues no podía estar así.
Por otro lado, Emilio se encontraba con un revoltijo en su cabeza. Pensando en si querer a Joaquín estaba mal o bien. Que si era correcto o incorrecto.
Pensaba en que pasaría si alguien más se enterará. Si su papá se enterará.No quería pensar en el dolor tan grande que le causaría el rechazo de la gente o a las críticas a las que se enfrentaría, pero era importante pensar en eso.
Sintió que Joaquín lo observaba y cuando volteó a verlo, lo confirmó.
Joaquín se encontraba observando cada detalle de Emilio.
- Quiero pensar que ya te has dado cuenta de lo precioso que eres, ¿verdad? -dijo Joaquín.
Emilio sonrió.
- ¿Sabes que sigues siendo mi niño de la sonrisa bonita? -dijo Joaquín.
Emilio.
Que me dijera ese tipo de cosas, hacía que mis ganas de mandar al diablo todo, aumentaran.
Maldita sea. Realmente quería a Joaquín.
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El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.
Fanfiction-¡Por favor no sé lo lleve! -grité con todas mis fuerzas al ver cómo el papá de Emilio se lo llevaba a su coche. -¡Es mi mejor amigo! -volví a gritar sintiendo como las lágrimas resbalaban por mis mejillas. Sólo recibí silencio de parte de Juan y u...