39. Dos extraños.

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Nota: Poner play a la canción cuando se indique.

Si harán comentarios con "hate" hacia mi o la historia, les pido que se retiren.

A los demás lectores, gracias por el apoyo. Los quiero tanto.

Narrador.

Joaquín era el chico más feliz. Al saber lo mucho que lo amaba su novio.

Por lo que las inseguridades de Emilio y el no poder tomarlo de la mano aún frente a las personas, era algo a lo que poco a poco le iba restando importancia.

Pero temía que llegara el momento en el que explotara.

[...]

Al día siguiente de su cumpleaños, Joaquín había pasado el día con su familia, mientras que desde que Emilio había llegado a su casa en la mañana, sentía que el humor de su madre había cambiado.

A pesar de que no le hablaba y no quería saber de ella, sentía que su madre lo miraba cada dos segundos. Como si tratara de sacarle información o de adivinar sus sentimientos y lo que pensaba.

—¿Qué tal la fiesta, hijo? —preguntó.

Emilio la miró extraño e hizo una mueca.

—Bien. —dijo— Todo normal, como siempre.

Niurka lo miraba atento.

—¿Seguro? —preguntó— ¿Todo normal?

Emilio dejo de comer y la miró enfadado.

—¿A qué va todo esto, mamá? —dijo molesto.

Niurka se sobresaltó.

—So-solo quiero saber cómo te fue, hijo.

Emilio fingió una sonrisa.

—Pues me parece molesto. —dijo— ¿De cuando acá tanto interés por el niño?

Niurka lo miró triste.

—Mi amor. —susurró.

Emilio se levantó rápidamente de la mesa.

—Me parece estúpido que desde que las cosas empeoraron entre tu y yo, te intereses por mi. —dijo caminando hasta las escaleras— Gracias por el desayuno, madre. Pero me parece innecesario que quieras conversar cuando sabes que no tengo la confianza de contarte mis cosas.

[...]

Emilio.

Mientras miraba las fotos de la noche anterior con Joaquín en mi celular, solo podía sonreír.

Una foto dándonos un beso, una foto de Joaquín partiendo su pastel, una foto de Joaquín entrando al cuarto de huéspedes de la casa de Diego.

Y por último, esa foto.

La foto de Joaquín profundamente dormido en mi pecho después de haber hecho el amor.

—Hiciste de este mi mejor cumpleaños, mi amor. —dijo Joaquín.

Nos encontrábamos enredados en las sabanas. Joaquín recostado en mi pecho y mis brazos rodeándolo.

Mi mano acariciaba su espalda y sus manos vagaban por mi pecho.

—Ese era el punto, bebé. —dije.

Nuestras miradas se conectaron y su sonrisa se hizo más grande.

La realidad golpeó mi mente y solté un suspiro.

—Perdón. —dije.

Joaquín me miró confundido.

El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora