Joaquín.
Sentí como el balón estampó contra mi cara.
¿Qué rayos?
- ¿Qué te pasa idiota? -grité y me quite las manos de la cara.
Oh no. Emilio.
Ahí estaba frente a mí.
Lo miré y vi como sus ojitos estaban llenos de lágrimas.
- Per..perdón -dije- No sabía que eras tú. -dije mirándolo.
- Nono, perdóname tú a mi, debí fijarme. -dijo.
Justo cuando iba a decirle algo, Mike llegó corriendo hacia mí y luego corrió adentro de la casa.
- Mm, ¿qué haces aquí Joaquín? -dijo serio.
- Oh, aquí vivo ahora con mi...
Me interrumpió.
- No. ¿Qué haces aquí? En la ciudad. -dijo molesto.
Lo miré y pequeñas lágrimas comenzaron a resbalar por sus mejillas.
- Oh bueno, me ofrecieron una beca y decidí estudiar aquí los últimos dos años de preparatoria. -dije serio.
¿En qué le molestaba que estuviera aquí?
- Ah. Así que no solo vivirás en frente de mi, sino que estarás dos años en mi escuela. -dijo con su tono de molestia.
- Si. ¿Algún problema con eso? -dije molesto.
Realmente me estaba molestando mucho su actitud.
- No bueno, ¿no será que me extrañabas? -sonrió.
Pero no era una sonrisa linda o amable. Era más una burla.
- Mira Emilio, han pasado nueve años. No te creas tan importante. -dije mirándolo a los ojos.
Y su sonrisa se borró.
Pude ver cómo una última lágrima caía y como abrió levemente los labios, como si quisiera decir algo.
Pero no lo hizo.
Sólo me dio una última mirada, se dio la vuelta y comenzó a caminar por la calle, alejándose totalmente de mi.
No sabía qué estaba pasando. No sabía por qué motivo le molestaba mi presencia.
Pero lo que si sabía y de lo que estaba bien seguro es que ese no era Emilio. Ese no era mi Emilio.
Algo le habían hecho.
[...]
Emilio.
Comencé a caminar lejos de Joaquín. Lejos de mi casa, lejos de los demás. Quería estar solo.
Bueno, ya estaba solo. No tenía a nadie.
A unas cuadras de mi casa había un parque. Así que llegué ahí y me senté en una banca.
Pude ver cómo había tantos niños jugando por ahí. Algunas niñas corriendo, otras platicando, algunos niños jugando fútbol, todos felices.
Y a lo lejos, pude ver cómo dos niños se daban un beso. Un beso inocente.
Y ver cómo sonreían y se abrazaban después, fue lo que me rompió.
- ¿Pasa algo? -dijo Joaquín.
- Joaco. -dije.
- Mande.
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El niño de la sonrisa bonita. | Emiliaco.
Fanfiction-¡Por favor no sé lo lleve! -grité con todas mis fuerzas al ver cómo el papá de Emilio se lo llevaba a su coche. -¡Es mi mejor amigo! -volví a gritar sintiendo como las lágrimas resbalaban por mis mejillas. Sólo recibí silencio de parte de Juan y u...